Nido vacío - Esperanza Tirado












Adiós, mamá, adiós. Sí, que cuelgo ya, que no me quedan más monedas y hay 


una cola que da vuelta al campamento. Que sí, mamá, que me ducho todos los


días. Como bien, de verdad, hasta los guisantes gordos. La mochila está debajo


de la cama, con la etiqueta que me bordaste. Y no he perdido ni un calcetín, te 


lo juro. Cuando vuelva llamo. Vale, llamaré todos los días hasta la vuelta. Te lo 


prometo. Celebraremos mi treinta cumpleaños el domingo siguiente. 




             

Todo/ Nada es igual - Esperanza Tirado






Sigo dando la cena a los niños a las ocho. Les pongo el pijama, les acuesto, les

 leo un cuento y apagamos la luz. Ellos siempre te desean buenas noches antes

 de cerrar los ojos. Yo voy a la cocina, me sirvo un vino, picoteo algo, veo la tele 

me acuesto mientras repaso el horario de mañana. A las seis suena el

despertador. Como ves, nada ha cambiado desde que tú decidiste cambiarlo todo

 para siempre. Bueno, ahora tu madre me llama los domingos. Y, a veces,

 quedamos para dar un paseo y dejarte flores.