Que me salgo - Gloria Losada


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Nunca me han gustado los grupos de whatsapp. Me ponen nerviosa, me producen ansiedad, me llenan de una inquietud extraña, algo así como... como... no sé, como si tuviera urticaria en el cerebro, por decir algo. Precisamente por eso los tengo todos silenciados, no quiero saber nada de las tonterías que dice la gente y es que esto de los grupos es la reoca. Los grupos tienen su lógica, o deberían tenerla, grupo de manualidades, por ejemplo, pues lo normal es que sus componentes lo utilicen para hablar de eso, de manualidades, pero no, se dedican a mandar lo que se les ocurre, fotitos románticas con frases estúpidas, gifts picantes para revolucionar la calentura del personal, en fin, un desastre. Así que cuando las mamás propusieron crear un grupo de eso, de mamás de niños que van a tercero de infantil del colegio X, me negué rotundamente, era lo que me faltaba, un montón de histéricas protestando por todo, conmigo que no contaran. Pero me salió el tiro por la culata, mis reticencias fueron en vano. Hicieron en grupo y me metieron en él contra mi voluntad y cuando me salía, enseguida alguien me metía de nuevo, no sé quién, ni cómo, pero así era. Al final no me quedó más remedio que claudicar. Lo silencié, como hacía con todos los demás, y lo miraba poco, más bien nada. La verdad es que durante todo el curso estuvieron bastante tranquilas, era como la calma que precede a la tempestad, porque hubo tempestad y gorda.

Unos días antes de que finalizaran las clases, Carlos, mi hijo, me dijo no sé qué de un regalo a la maestra. Como no se explicó muy bien, esta vez sí, me metí en el grupo y desaté la furia. Transcribo el diálogo:

YO.- Me ha dicho Carlitos que se ha hablado de comprarle un regalo a la profesora. ¿Es así?

MADRE DE KATIA.- Así es, se comentó el otro día a la salida de clase. Es que es tan maja...

YO:- Ya, pero por muy maja que sea no veo por qué se le tiene que regalar nada, ella solo está haciendo su trabajo, a mí por hacer el mío como es debido no me dan ningún obsequio.

MADRE DE KATIA.- Ya... bueno... fue lo que se habló... no sé.

MADRE DE ERIK.- Solo son 20 euros, bueno eso fue lo que se acordó, poner 20 euros por niño, tampoco es tanto.

YO.- Si no es por el dinero, simplemente es que a mi esos regalitos no me parecen de recibo.

MADRE DE LUIS.- Le compré un marco de plata grabado para que ponga una foto con los niños. Le quedará un recuerdo precioso.

MADRE DE JESÚS.- ¿Cómo que le compraste? No se había decidido nada todavía.

MADRE DE ROSALÍA.- ¿Qué recibo hay que pagar Marta? (Esa soy yo, Marta) ¿Quedó algo pendiente?

MADRE DE LUIS.- Bueno, como dije que me encargaba yo de la compra, lo vi, me gustó y se lo cogí, eso sí, subió un poco más, hay que poner 35 euros por niño.

MADRE DE ROSALÍA.- ¿Un recibo de 35 euros? ¿De qué? Yo no me entero.

MADRE DE PEDRO.- ¿Pero se había decidido comprar un marco?

MADRE DE CORAL.- ¿Y por qué es tan caro? ¿Tiene incrustaciones de diamantes o algo así?

MADRE DE LUIS.- Diamantes no, pero tiene unos cristales de Svarosky, por eso subió tanto, pero vaya, si no estáis de acuerdo se devuelve y ya está.

MADRE DE CORAL.- No es eso, es que no deberías haberlo comprado sin consultarnos antes a las demás.

MADRE DE ERIK.- Y son 15 euros más de lo acordado... que yo tengo que pagar el seguro del coche este mes, me viene fatal.

MADRE DE KATIA.- Con 15 euros no pagas el seguro maja. Vaya excusa más tonta.

MADRE DE ERIK.- Ese es mi problema. O me vas a arreglar tú mi economía, era lo que me faltaba.

MADRE DE NOELIA.- Susana (esta es la madre de Luis, la que por su cuenta y riesgo compró el marco) te has pasado tres pueblos, conmigo no contéis. Además yo pienso como Marta (yo) qué regalo ni qué narices.

MADRE DE JULIA.- ¿Qué le pasa a las narices?

MADRE DE BERTA.- ¿Qué pasó? ¿Alguien se contagió de coronavirus o qué?

MADRE DE LUIS.- ¿Sabéis que os digo? Que os den a todas.

MADRE DE ROSALÍA.- O sea que a las que participamos en el regalo nos dais un recibo ¿no?

MADRE DE JULIA.- ¿Qué regalo? ¿No estaba alguien malo de las narices?

MADRE DE BERTA.- Pero entonces ¿qué es? ¿un simple resfriado o coronavirus?

MADRE DE KATIA.- ¿Coronavirus? ¿Pero no estábamos hablando del regalo?

MADRE DE BERTA.- ¿Qué regalo?

MADRE DE JULIA.- Pues vaya jodienda, ahora que se acaba el curso cuarentena ¿Quién se contagió?

MADRE DE ROMÁN.- Buenas tardes ¿de qué va el tema?

En ese punto me salí del grupo, de ese y de todos, por si acaso. Mi mente sentía que no era capaz de soportar más conversaciones de besugos. Ahora estoy tranquila. Por cierto ¿en qué quedaría lo del regalo?

 

 

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3D no es solo una imagen - Marian Muñoz

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Intranquila esperaba su turno en la sala de espera, desde que leyó la nota en la puerta de su médico indicando que sería atendida en la consulta de al lado sus manos no pararon de retorcerse, no hacía más que pensar como le explicaría al nuevo galeno su problema, con el de cabecera tenía ya cierta complicidad además siempre había sido certero en sus diagnósticos y tratamientos, tanto para ella como para su marido.

Le había costado conseguir cita presencial pues el funcionario de centralita no quería dársela, pero ante la insistencia y su muestra de histeria se la dio. Ahora tendría que hacer acopio de todo su ingenio para que le dieran alguna pastilla para dormir. Llevaba dos semanas casi sin hacerlo y temía cometer algún error grave en el trabajo que desempeñaba desde casa. No se fiaba de lo que le pudieran dar en la farmacia, prefería un consejo y un medicamento recetado por el doctor Cueto. No había marcha atrás debiendo enfrentarse a saber quien para convencerle de solucionar su problema.

Al entrar en la consulta se sobresaltó, no esperaba encontrarse tras la mesa a una compañera de colegio con la que había tenido poco trato, dudaba si abrirse y confiar o mantener la distancia, pero la doctora al verla tan dubitativa y nerviosa intentó relajar el ambiente con un saludo de cortesía y preguntas que se hacen a las viejas amigas que hace tiempo no ves. Eso la calmó ayudando a la doctora a iniciar la consulta.

-Dime Martina que te trae por aquí.



-Hace unos días que duermo muy poco o no lo hago, he tenido una experiencia muy negativa por no decir traumática y no termino de superarlo, necesitaba que me recetases algo para poder descansar.



-Claro, no te preocupes, te voy a tomar la tensión y auscultar el corazón y mientras tanto me vas contando que te ha pasado, no te preocupes quedará todo entre estas paredes.



Martina empezó a bajar el nivel de estrés confiando en su antigua compañera e inició el relato de su desventura.

-Verás todo sucedió al volver de pasar unos días con la familia en una casa rural, siempre lo hacemos antes de empezar el curso escolar para que los niños comiencen más tranquilos. Hace un año que trabajo desde casa, el banco Continental prefiere mantenernos alejados del contacto con clientes salvo que sea necesario y me pareció genial así podría alternar ciertas tareas de casa con la atención online. Tuve que comprarme otro teléfono móvil para desarrollar mi labor, porque ya sabes, que si un grupo de whatsap con el jefe de departamento, que si otro con recursos humanos, otro más con los de caja, los que somos más afines, en fin un montón y temía meter la gamba algún día con tanto grupo, así que un móvil para el curro y otro personal. Cuando aquel lunes comencé a ponerme al día con los mensajes vi que me habían añadido a un chat nuevo llamado 3D, no tenía ni idea qué podía ser pero después de leer las novedades me metí y quien me había añadido era mi cuñada Bea. Te diré que es una persona encantadora, cariñosa, servicial, despistada y muy bromista, todo lo contrario que mi hermano Pablo que de niño era un encanto pero de mayor es un pedo de fabada, tal cual, ¡sí no te rías!

De primeras estaba despistada por cómo lo había conseguido, nadie de la familia lo tiene, pero al poco conseguí recordar que al preguntarme sobre un tema del trabajo le había contestado con ese móvil. En aquel chat había gente que no conocía de nada, me salían números y un nombre al lado, pero ni idea de quienes eran. Empezaron a saludarse, a darse la bienvenida unos a otros, aunque había mayoría de mujeres también figuraban cuatro hombres. El dichoso chat tenía unos 300 mensajes, me armé de valor y los leí uno por uno para enterarme de qué iba. Era un chat de clase, mi cuñada me había añadido a un chat de su colegio, pensé en salirme rápidamente pero si lo hacía tan pronto Bea iba a quedar en mal lugar, así que intenté olvidarlo. Pero ya sabes cómo son las debilidades humanas, en el colegio de mis niños están prohibidos ese tipo de chats, y pensé cotillear para ver si son como los cuentan. Al principio muy comedidos preguntaban cosas de libros, ropa u horarios y tal como comenzó se paró. Desde luego que sosos eran aquellos progenitores y qué comedidos, pero ante aquellos silencios empecé a pensar que en vez de ser un despiste de mi cuñada igual era una broma, así que para animar al grupo decidí meter cizaña y ver si Bea saltaba.

-¿Pero qué tiene que ver el chat con tus problemas?

-Espera, espera, se me ocurrió hablar del profesor de matemáticas al cual no conocía “Me ha dicho mi lechoncito que Fede el de mates toca mucho el pelo a una rubita”. Las primeras respuestas fueron que el de mates no se llamaba Fede sino Francisco y ¿qué es eso de tocar el pelo? Respondí “Uy lo siento, es que mi lechoncito esta sordo del oído izquierdo por un bofetón del entrenador de futbito al fallar un penalti y seguramente no lo oyó bien”. Empezaron a saltar los mensajes alabando al entrenador como buena persona que quería mucho a los niños y nunca los pegaba o maltrataba. El grupo ya estaba animado y no paraban de hablar, si mi cuñada quería reírse de mí pues era yo la que lo hacía. Mi osadía llegó unos días más tarde al comentar “Me ha contado mi lechoncito que el profe de educación física se metió en el baño con una niña morena de coletas y luego ella salió corriendo y llorando”. Casi me da un soponcio cuando una madre dijo que su niña no le había contado nada y que iba a hablar con el susodicho porque a saber lo que intentaba. Todos estaban de acuerdo en hablar con el tutor o con el director, cuando parecía que se ponían de acuerdo en el día y la hora, intervine yo.

-¿Pero todo era una broma?

-Espera, espera, se me ocurrió decir que lo de hablar con profesores o el director no valía para nada, se tapan todo entre ellos para mantener la buena reputación del centro y que tenía una beretta 9 mm con munición, lo mejor era acabar con ese tipo de personas para que no lo volvieran a hacer en ningún otro colegio. Me frotaba las manos pensando que la bromista de Bea por fin iba a reaccionar y destapar su complot, pero lo que se destapó es que a las dos horas de escribir eso irrumpieron cuatro policías en mi casa, me esposaron, revolvieron toda la casa y no paraban de gritarme donde estaba la pistola.

Me llevaron a comisaría, menos mal que aquella tarde le tocaba a Julián ir al colegio a por los niños, estuve 48 horas incomunicada en una celda incomoda, con comida grasienta y agua calentorra, haciendo mis necesidades sin ninguna intimidad y para colmo cuando me llevan ante el juez, me sigue preguntando lo mismo, ¿dónde está el arma? Hasta ese instante seguía con la idea de la broma, pero al ver al magistrado tan serio y con cara de pocos amigos me di cuenta que no era broma sino despiste de ella y no tuve más remedio que quitarme la piel de lobo y convertirme en corderito para explicarlo todo.

Menos mal que el juez fue benigno, me soltó con el apercibimiento de no tener ningún contacto con aquellas madres y padres, de no volver a insinuar matar a nadie ya que estarían pendientes de mí.

Desde aquel día apenas puedo dormir, tengo miedo que se enteren en el banco y me despidan, o que mi familia me dé la espalda, que yo sepa Bea no ha dicho nada pero tampoco habla conmigo. Estas navidades las pasaré sola en casa porque no voy a privar a mis hijos de reunirse con sus primos en fechas tan señaladas, pero yo no quiero ver a nadie, menudo mal trago me llevé por una broma tonta.

Por favor dame alguna pastilla para poder dormir y ver si consigo poco a poco superarlo.

-Claro Martina, y dime ¿lo de 3D que era?

-El curso 3º D de mi sobrino el mayor.


 

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Dedicado a Carmen Ruiz Moragas - Pilar Murillo

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DEDICADO A UNA GRAN ACTRIZ, CARMEN RUIZ MORAGAS, EN LA

SEMANA EN QUE ES LA FECHA DE SU NACIMIENTO.



En la soledad del camerino donde tiene un biombo a un lado y hacia el foro un tocador,con un espejo típico, con bombillas alrededor.


Entra a escena Carmen Ruiz Moragas, con un ramo de flores en la mano y hablando, mirando a entre cajas, quieta en el quicio de una puerta imaginaria o real.


CARMEN; -- ¿Qué hago yo con estas flores? ¿Me las como? Entra hacia el tocador, mira las flores y las tira sobre un diván, pero les habla a las flores. ¡Por favor! ¿No puedo estar un ratito sola? ¿Un tiempecito?


Acabo de divorciarme del mayor tirano que me he encontrado, dirán de él lo que quiera. ¡Que lo digan!, Él se lo ha ganado.


¡Carmen Ruiz Moragas, ha nacido para ser actriz y no para estar encerrada en una jaula de oro!


Ahora que recupero mi libertad, que nadie me obliga a ir a la plaza de toros a ver torturar a los animales... Ahora, Se da la vuelta de nuevo al ramo de flores. Regresas tú con estas rosas rojas, recordándome el pasado. Ese tiempo en el que interpretando a Clitenmesta apareciste en mi vida.

Esa noche te miré a los ojos que me desnudaban velozmente. Tú deseo encendió el mío.


Al principio tuve que reprimirme y hablarte como a un hombre normal, para que no te pensaras que por ser quién eres podrías conseguir todo en esta vida. Se mira al espejo. Consiguió lo que yo le quise dar porque me atrae el muy cabrón a pesar de que yo soy republicana. Mira a las flores desde el espejo. ¡Las rosas vienen acompañadas de una tarjeta!


Se acerca de nuevo a las flores y coge la tarjeta, lee para ella.

Que no, que no voy a caer de nuevo que no debo, que me vas a perder

 y estoy de nuevo en el lugar que me gusta y el que me corresponde.


¿Tú sabes lo que mis padres han llegado a hacer? ¿lo sabes verdad?


Todo el mundo murmuraba de nuestra relación y mi padre estaba muerto de vergüenza. Su honor por los suelos me decía. “La puta del rey” llegó a gritarme en un momento de ira y luego se fue a llorar a la biblioteca, el pobrecito...


Eso fue manipulación claramente. Sí, lo sé, aun así, no me rebelé y les di el gusto. Hice lo que ellos querían. Creyeron que de ese modo la prensa dejaría de hablar de mí.


¿Y de qué me ha servido Casarme con un torero?, Un celoso compulsivo, un hombre que se atreve a maltratar a un animal y cuando vuelve a casa aún quiere seguir viendo sangre, rompiéndome el labio de una bofetada. Todo ello porque no lo deseo, porque me da asco todo él y porque a él le dolió mucho que yo fuese la querida del rey de España. Y mi padre triste de nuevo porque han vuelto a hablar de mi los periodistas porque me he separado, bueno, me he divorciado de ese fantoche, pero eso está mal visto.


Te has enterado por el periódico que vuelvo a estar libre y ahí has estado, en tu palco, como un perro en celo.


¿Y tú? ¿por qué has tenido que nacer rey? ¡Dime! ¿No podías haber nacido empresario de un teatro o dramaturgo?


Sí, escritor de teatro estaría bien, así me crearías el papel de mi vida. (Huele la tarjeta.) Aún conserva tu aroma, ¡maldito seas!


Sí, subiré a la azotea del teatro, sí, hablaré contigo, aunque me temo que hablaremos más bien poco.... Me entra calor y noto que se me va el alma en busca tuya.


Ahora mientras estoy lejos de ti puedo controlar mi instinto, mi deseo, pero si me acerco a ti... si es que tan solo oler esta tarjeta me arden las entrañas.


Podría irme ahora mismo, sin que nadie se dé cuenta. Sí, me iré sin más. Saldré por la puerta de atrás y olvidaré tus flores porque solo me traerán problemas.


Ahora vuelvo a ser libre... Se mete tras el diván y se va cambiando. ¿Qué hago? ¿Qué puedo hacer? ¡maldita sea! ¿Por qué tiene que ser todo tan difícil?


Claro que ser libre implica tomar decisiones sin influencia de nada ni de nadie. Se cambia rápidamente. Va hacia la puerta del camerino.

¡Manolita!, escúchame, dejo aquí el ramo de rosas, ocúpate de que cuando me vaya.... No, nada de ponerlas en un jarrón, las tiras directamente o te las llevas a casa. Sí, para ti... De nada mujer…


Va de nuevo al ramo y lo recoge. Si es que no me puedo resistir, es superior a mis fuerzas. Iré donde el deseo me lleva. Voy a dejar que me ame con fuerza, apasionadamente, con locura, que haga todo lo que quiera conmigo, que practique todas esas posturas que ve en sus películas atrevidas, salidas de tono. Solo quiero hacerle olvidar que es rey y olvidarlo yo porque sé que eso le excita muchísimo.


Va para la puerta con el ramo en mano. ¡Manoli! Que me voy ya. Saca una rosa del ramo. Oye, bonita, mira, te dejo una rosa y el resto me lo quedo. Está muy feo rechazar tan esplendido detalle.


(Se habla así misma risueña, bromeando) Nada, al final acabaran llamándome la Borbona, pero me da igual, puedo aguantar carros y carretas... con tal de que me siga dando las noches de pasión que antes me daba, los orgasmos que solo él me hizo saber que existían.


Soy débil, lo sé. Esto lo dirá con deseo, rápida, con ganas de agarrar al rey. Mi mente lo es. La carne, la carne también. Me siento húmeda... Ya voy a tu encuentro majestad.

Sale de escena sonriente y jovial, oscuro.

 

 

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Buenas noticias - Esperanza Tirado


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A mi casa siempre llegan malas noticias, ya sea por teléfono, prensa o correo postal. Y ya estoy harto, necesito vivir con tranquilidad.

Hoy en cuanto cierro el pestillo de mi buzón escucho un ‘Buenos días’ diferente. Me giro, es una cartera, que me sonríe y me entrega un sobre. Al despedirse sus ojos siguen sonriéndome

Carta o factura, ya me da lo mismo. A partir de ahora nos veremos cada día.




 

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Gracias Pichilemu - Marian Muñoz


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Nuestra relación iba como la seda, dicho vulgarmente me había lanzado a la piscina sin bañador y sin manguitos, estaba completamente enamorado, flotaba en el aire al estar con ella, una mujer de bandera me admiraba y amaba locamente. Tras un año de noviazgo le propuse matrimonio y aceptó, a mí, un ratón de biblioteca regordete de mediana estatura emparejado con una superdeportista, tan pronto cogía la bici de montaña, como navegaba en canoa o hacía surf, con cuerpazo de quitar el hipo envidia de amigos y vecinos.

A pesar de tener ideas modernas me pidió llegar virgen al matrimonio por eso de mantenerse pura y entregarse solamente a mí, me extrañó bastante ya que hoy en día pocas mujeres piensan a la antigua pero no iba a poner pegas a su única exigencia, es más me parecía de mucha sensatez y lo comprendí perfectamente puesto que mi familia es muy religiosa. Lo teníamos casi todo planeado, su padre tenía un piso que nos regalaba y arreglaba para vivir de casados, incluso habíamos pensado en tener tres hijos y un perro que dan mucha alegría, teníamos la fecha de la boda, las invitaciones enviadas, los trajes encargados, el banquete reservado en el restaurante Benarés, su comida un poco fuera de lo común pero era un homenaje al motivo de nuestra relación al aparecer por la biblioteca donde trabajo buscando libros de esa ciudad India, a partir de ahí entablamos conversación, le interesaba la espiritualidad que emanaba aquel lugar tan lejano conociendo mejor la cultura y las costumbres de sus gentes. Alguno pensará que es una idiotez en nuestra sociedad actual pero el espíritu es una parte muy importante de nuestra naturaleza humana y hablando sobre ello sentimos atracción mutua, a pesar de mi palmarés como hombre solitario y de costumbres rutinarias conseguí embarcarme en una casta relación amorosa.

La única discusión que tuvimos fue motivada por la fecha de la boda, sin por San Mamés o por San Mamerto, porque en el resto estábamos de acuerdo, bueno en todo no, aún nos quedaba por encargar el viaje de novios y ahí empezó el problema. Debido a los gastos que estábamos afrontando tenía claro que el viaje sería a algún lugar de España, como mucho a Portugal o al sur de Francia, ya que prefería no coger un avión al tenerles miedo y no querer confesarlo, pero ella nada más entrar en la agencia de viajes y ver un gran poster con una playa paradisíaca llena de surfistas, dijo ¡ahí!, y ahí fue cuando empezó todo el lío, porque esa maravillosa playa estaba en Pichilemu ¿Qué dónde está? Pues en Chile. ¡Que no! ¡Qué sí! ¡Piénsatelo bien! ¡Será muy caro! ¡Está muy lejos y habrá que coger más de un avión!

Ciertamente la arena muy blanca, las olas terribles de altas ¿pero qué voy a hacer allí si no sé surfear? Ya, tomar el sol y beber piña colada lo puedo hacer también aquí en La Concha, en Riazor o en el Sardinero, qué necesidad hay de coger un avión para surfear o tomar el sol. Bueno pues lo que hasta ese momento fue una relación maravillosa que iba sobre ruedas, éstas se pincharon sin posibilidad de ponerles parches. Rompió conmigo llamándome tacaño y otras lindezas que prefiero no relatar, volviendo a recuperar mis rutinas de soltero solitario aguantando a mis amigos llamarme tonto por no haber podido conservar una novia como ella.

Andaba con algo de depre por la ruptura cuando al pasar por delante de la cafetería Robles la veo sentada en una mesa con una mujer al lado, no sabía quién, pero comprobé que no había perdido el tiempo pues se prodigaban en besos y abrazos que no parecían de amigas. En mi cabeza empezó a crecer la duda de si su actitud casta hacia mí era por algo más que por salvaguardar su virginidad, me sentí utilizado, estafado pero también aliviado de quizás haber llegado a ser cornudo sin enterarme, ya me parecía que era mucha mujer para un tipo como yo.





 

 

 

 

 

 

 

 

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Hasta los cojones - Pilar Murillo

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Ayer un niño gritaba desde la ventana de enfrente “me aburro”. Y es que no me extraña, me aburro hasta yo. Estoy hasta los cojones de hacer cosas para entretener mi mente. De ponerme un horario. Si en la vida lo he llevado a rajatabla cómo voy a hacer horarios ahora que puedo hacer lo que me de la santa gana? Levantarme a las 11 de la mañana y dormirme a las 3 de la madrugada ¿y todo para qué? Para hacer la misma rutina de cosas. Agradecería que no dejasen a la vista cuchillos, ventanas abiertas, tijeras, pistolas o demás armas peligrosas, ¿Por qué? Porque estoy hasta más allá del coño de no saber en el día que vivo, si es lunes y creo que es martes o viernes y creo que es domingo. Solo sé que todos los putos días escucho al vecino, el de la trompeta que la hace sonar como si la vida se le fuese en ello, me dan ganas de metérsela por el culo, se quejaría sí, pero yo le diría “no tocas todos los putos días Resistiré, pues resiste, hijo de puta, que yo no puedo más. Aunque creo que probablemente el estruendo sea peor cuando intente expulsarla. Se libra de que no soy una psicópata norteamericana. Os libráis todos… Yo sé que estáis acostumbradas a que no pierda las formas y que incluso al reunirnos preferiría que la tierra me tragase antes de escribir una palabra mal sonante o más alta que otra, pero es que amigas mías, de verdad, estoy hasta los cojones.

Después de desahogarse, respiró hondo y esbozó una sonrisa.

 

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Quiero salir de aquí - Marga Pérez


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Cordelia y Mundo están juntos frente al ordenador. Bueno, juntos porque comparten la misma mesa pero cada uno está frente a la pantalla del suyo. Llevan varias horas en silencio concentrados en lo suyo sin tan si quiera dirigirse una mirada cómplice…

-¡Coño! No hay vuelos caros… -Explota Cordelia sin dirigirse a nadie-

- Cada vez hay menos, desaparecen sobre la marcha, dice Mundo sin quitar los ojos de su pantalla. -¿A dónde vas?-

- A India, curro en Benarés, tres meses...

- Prepárate… con uno de los baratos ¡sabe dios qué te tocará hacer!

-Ya, la última vez me avisaron a última hora ... sólo había de ésos... Me tocó limpiar un baño de la sala de embarque… ¡ ASQUEROSO! ...

- ¡Ahggg, renuncio al curro…!

- Qué fácil lo ves… no podía perderlo... ¡Ya lo tengo! No busco más… Servir café en cabina… Bastante mejor que limpiar el baño...

- Entre mal y fatal, poca diferencia… Hace meses tengo uno en preferente... ¡flipa! Bilbao...final de copa ...San Mamés… así si...

-Tio, vaya chorra…

- Un colega, un crack… no podía ir. Mola tener colegas guay...

-¿Vas gratis?

-Mucho tienes que aprender... moverse con quien pillar cacho, trabajar así... todo un arte. Te lo digo yo, que de éso se un rato.

-¡Qué idiotez! Arte… Currar no tiene nada de éso. O te llaman o te mueres de asco. No hay término medio. ¿Crees que mola estar siempre en un avión? ¿Siempre pendiente de que te llamen? De aquí para allá sin nada seguro…

-Déjate de sensatez...la puta ama, éso es lo que eres si... lo que yo te diga ¿eh? El trabajo mata y a nadie le importa . Estás de aquí para allá, con cambios horarios, de comidas, de agua, de virus...estresada, intensa ¿Qué palmarés has recibido?... no te voy a dar la brasa… Sé tu jefe... Gestiona lo tuyo. Aprende a moverte, a saber con quien estar...No te chines y piensa en ti, literal, es lo más…

-No es sensatez, hago lo que debo, ni más ni menos… Mañana dejo este espacio...Cuando vuelva, si sigue disponible... Tres meses fuera no merece la pena mantener el alquiler.

-Siempre hay sitio. Cuando vuelvas hablamos ¿vale?… Me molas. Llámame. Aquí voy a estar.

-Vale tío. Hacía tiempo que no congeniaba con alguien... mola.

Se despidieron convencidos de que volverían a encontrarse. De que las cosas iban a cambiar . De que todo iría a mejor. Ninguno de los dos sabía que el destino tenía para ellos otros planes.

Cordelia muere en Benarés en brazos de una fuerte tormenta que la arrastra entre aguas desbocadas mientras trata de salvar a un niño que se ahoga.

Mundo hace meses que dejó de pensar en ella. Cada semana comparte mesa con otro que se enfrasca en su ordenador. Horas en silencio frente a la pantalla, sin tan si quiera dirigirse una mirada cómplice. Es el puto amo.

 

 

 

 

 

 

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Reacción en cadena - Marian Muñoz


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-¡Goooooool, gooool, gool! así de alto y justo en el momento que los protagonistas iban a declarar su amor. Éramos unas treinta personas en el cine completamente en silencio y se puso a gritar señor juez, ¡entiéndalo! no sólo estaba disfrutando de una película romántica sino que René tenía su mano dentro de mi escote e interrumpir ese doble placer me nubló el entendimiento y le pegué con el bolso en toda la cara, me sentí herida, traicionada, siempre dijo que también le gustaban ese tipo de películas y en realidad estaba más pendiente del partido que de mí. Le juro señor juez que me levanté furiosa tras despacharme a gusto con el bolsazo y él estaba bien vivo, dentro sólo tenía las llaves de casa, un paquete de pañuelitos de papel, un monedero con algo de dinero, el DNI y el móvil, no pesaba nada y además la pantalla del móvil ni siquiera se rajó así que el golpe no fue tan fuerte, lo que hiciera después no tengo ni idea porque no miré para atrás. Yo le quería, señor juez, íbamos en serio, acababan de hacerle fijo en el banco y con su don de gentes en dos o tres años le harían director de sucursal, un buen partido y ahora ¿qué voy a hacer yo?

-Gracias señorita, tiene la palabra el señor fiscal.

-Gracias señoría, la acusada no lo es tanto por causarle la muerte sino por haber sido la inductora, según declaración de testigos tras el grito y el bolsazo se levantaron a la vez de sus asientos, desgraciadamente el fallecido resbaló con un papel de chocolatina chocando su rostro con el asiento de la acusada que automáticamente estaba cerrándose, el golpe fue tal que provocó una hemorragia interna motivo por el que falleció horas más tarde. Entendemos los sentimientos de la acusada pero la reacción tan desmesurada fue el detonante de su muerte por eso solicitamos dos años de prisión y sesenta mil euros de indemnización a sus padres.

-Gracias fiscal, tiene la palabra el abogado defensor.

-Gracias señoría, mi defendida es inocente del cargo que se le acusa, más bien ha sido la verdadera víctima de este desgraciado suceso. Su novio no sólo la mintió sobre sus gustos, sino que estaba más pendiente del partido que de la película además de disfrutar de lo lindo a costa de la acusada, según el parte de los sanitarios de la ambulancia estaba bien empalmado, suponiendo que se debía al ofuscamiento momentáneo del trompazo, pero por lo que ha narrado la señorita no era tal sino que estaba aprovechándose de ella. Una desgracia que el segundo golpe fuese tan grave, pero no cabe duda que si la empresa dueña del cine hubiera limpiado la sala entre sesiones, el fallecido no se habría resbalado y seguramente habrían llegado a una reconciliación, pudiendo llevar una vida feliz en común, por lo que el verdadero culpable de la defunción no es la acusada sino la propiedad de la sala cinematográfica. Solicito la total absolución para mi defendida y una indemnización de treinta mil euros por lucro cesante.

-Gracias señor letrado, si no hay más declaraciones que escuchar me retiro a deliberar la sentencia, ya se avisará a las partes.

Al cerrarse la puerta tras el juez, se oyó un grito de gooool, España había logrado otro tanto en el partido de la Eurocopa.

 

 

 

 

 

 

 

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