La verdad - Esperanza Tirado

                                           ¿Conoces el mito de la caja de pandora? – Ya te enteraste



 

Abrió con su propia llave la caja de Pandora esperando encontrar la carta de la verdad. Cuando esta se enteró gritó maldades a los cuatro puntos cardinales.

'Perdón', le susurró, arrepentido y mirando al suelo, como un niño pillado en falta.

'Ya es tarde', respondió ella. 'La verdad no siempre es agradable para quien la encuentra. Y, en ocasiones, la retuerce en su beneficio'.

Antes de terminar la frase, una tormenta de malas ideas cayó sobre sus cabezas, torturando sus pensamientos. Pandora logró retener una esquina de esperanza.


 

 

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Jugada maestra - Esperanza Tirado

                                               La Anciana Está Pasando Tiempo Con Su Linda Nieta Foto de archivo ...

 


Entonces seré yo quien necesite un amigo imaginario también, contestó mi nieta con toda la razón de sus siete años.

Yo, su abuela, toda la vida hecha, cerca de los ochenta, aún no me hacía la idea de que mi compañera de habitación de la residencia se había ido para siempre. A veces me sorprendía preguntando qué había de comer o si le apetecía jugar al mus. Mi hijo me pilló en alguna de esas, con gesto preocupado. Y yo le guiñaba el ojo a mi pequeña, y ella me sacaba la lengua hacia un lado. La jugada nos salía siempre bien.

 

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La vecina - Esperanza Tirado

                                        Wisconsin Lawyer: Retaliation: New Developments in State and Federal ...

 


Me está encantando clavarle agujas a este muñeco de trapo que encontré en el trastero. Es igual que tú, un pelele, sin forma, que ni siente ni padece. Que si los niños iban al fútbol o a matar gamusinos, ni te enterabas. Que si nos subían la hipoteca, pues lo mismo te daba. Cuando la vecina nueva vino a presentarse, sonriente y con una botellita de Albariño como detalle, sí que te pusiste en forma. Y si te he visto, no me acuerdo. Qué bien me quedo después de un rato pinchando y gritando todo lo que se me quedó dentro.

 

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Sin ritmo de Rap, sin sentido - Marga Pérez

                                          Un Corazón Roto, Bosquejo, Dibujo

 



Basta un leve parpadeo para ver que lo vuelvo a hacer. Que rompo lo que toco, que vuelvo a padecer antes de un simple lo siento. Que todo lo que sueño siempre es más perfecto en mi … Si yo te contara... ¡qué absurdo es estar vivo! sin el alma de tu cuerpo, sin tu latido, sin tu chasquido... Me cuesta tanto pedir, salir de mi... antes de llorar sabes que prefiero reir, y así me va, yo que esperaba todo de ti... ¿y qué te di? Nada, te oí decir…y rompes la baraja, y me dejas así, tirada, y éso que sabes que prefiero reir, y aunque esté quebrada canto lo de la embajada, lo del tren de madrugada, lo del laberinto sin luz ni vino tinto, lo del velo de alquitrán en la mirada… sin ti canto y lloro, recorro la casa vacía y lloro, miro tus fotografías y lloro... No lo entiendo, sabes que antes de llorar prefiero reir , y no puedo parar.

Sé que fallé demasiado que se acabó mi tiempo. Si supiera lo que quiero… pero es que este mundo no lo entiendo. Y¿ dicen que el amor es un milagro que puede con todo?… Si yo te contara... Sé que no voy a cambiar nunca, que no voy a cambiar nada, ni todo, lo sé, que sólo estoy viva cuando tu me llamas…Ojalá sólo fuese el deseo quien se fuese…¿ tras el viento ? ¿tras tus canas?¿Y si pasa algo que de pronto a mi me borra ?… ¿Qué harás ?... Desconfío de lo que siento. Desconfío de quien me quiere... No sé si volverás...¿y si pregunto? ¿y si es jamás ?… El teléfono arde pero nadie llama... Se rompieron los sueños. Se acabaron los te quiero…pero es que de verdad lo siento, y te quiero¡ tanto! que hasta huele a ti mi perro, y lo siento, pero, he fallado, demasiado, se acabó, ¿no hay tiempo… no hay vuelta atrás?. Dices que no sé vivir, que en mi ser no existe placer, que no sé querer, que ser perfecta es un defecto en si, y que ser mujer un motivo para hacérselo ver... y volví a hacerlo, y eso que creí que ya nunca más… Soy así, si... soy así , y es lo que te ofrecí … lo además, lo que siento yo por ti...¡Qué desazón! Pero gracias, por haber venido, por quererme un ratito, por alegrar mi corazón herido, gracias tío… ¿Y si llamas? … ¡vaya! Lo vuelvo a hacer … ¿basta con un leve parpadeo? ¡No hay remedio!

… … ...


Relato inspirado en Brock Ansiolítiko. Joaquín Sabina. Luis Eduardo Aute. Pablo Milanés y Silvio Rodriguez

 

 

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Te quiero sin rumbo - Esperanza Tirado

                                         Encrucijada, Naturalza, Intersección


Entre el tanatorio y la oficina de objetos perdidos me dijiste 'Te quiero', por primera vez. Y fuimos tan felices que ese tiempo parecía que iba a durar para siempre. Pero una tarde, al volver del trabajo entré en casa, y tú ya no estabas. Ni tú ni aquel 'te quiero', ni los otros que después me dijiste. Tampoco estaban tu ropa, tus libros, tus discos… A veces paseo sin rumbo y me encuentro de nuevo en aquella encrucijada, esperando sentir de nuevo el eco de aquel primer 'Te quiero', que ya estará muerto o almacenado en alguna polvorienta estantería.



 

 

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Tic Tac - Marga Pérez

                                                



¡Es cierto! Siempre fui despistada, tremendamente despistada. En casa decían que estaba en mi mundo, absorta, embelesada, fuera de la realidad . Si me conociesen mejor quizá sabrían que decidiera, sin saberlo, prescindir de ese mundo que me era hostil, que me impusieron al echarme fuera del vientre de mi madre, y en el que tenía cero interés. Así que nada de abstracciones ni ensoñaciones infantiles y menos de pájaros revoloteando por mi cabeza. Despistada, éso si, pero despistes como el de tropezar con mi padre en la calle, disculparme y seguir caminando sin darme cuenta que era mi padre, si, éso si, lo normal. Pero lo que pasó hoy no fue ni medio normal. Me levanté como todos los días y fui a hacer la compra, también, como todos los días, al supermercado que tengo en la manzana al lado de casa. De camino veo a un matrimonio que aunque nunca hablé con ellos, conozco de esa manera en que nos conocemos los que convivimos en el mismo barrio. Sé que tienen una hija, muchas veces los vi juntos saliendo de misa o en una terraza al sol, por cierto, y dicho sea de paso, que tiene un marido guapo a rabiar. Siempre me llamó la atención que una mujer con un encanto tan equino atrajese a un hombre así, pero seguro que lo entendería si los conociese, seguro, no suele fallar eso de que las apariencias engañan. Bueno, a lo que iba, coincidimos a diario comprando o paseando por el parque… pues hoy veo al matrimonio, solo, sin la hija, pero no como todos los días. Ayer eran unas personas de mediana edad tan dinámicas, activas, plantadas, que podría describirlos como joviales. Hoy eran dos personas decrépitas, encorvadas, reducidas, arrastrando los pies... viejas. No podía dejar de mirarles ¿qué les ha pasado? De ayer a hoy, no lo entiendo. Al llegar al supermercado más de lo mismo. Siempre hay personal nuevo pero, a las habituales, hoy, alguien les habían puesto unos cuantos años encima. Las dependientas siempre tuvieron aspecto joven, fresco, acicalado, hoy no. Hoy, hasta las vi con arrugas y a algunas con canas, sin tinte que disimulase la edad. La cajera por la que siempre paso la compra, además de mayor, estaba fondona ¡mira que era curiosa esta chica! llevaba siempre el uniforme marcando silueta que daba gusto verla tan pizpireta ella, además de bien peinada y maquillada. ¿Cómo pudo coger tantos quilos, y años, de ayer a hoy?. Empecé a sentir miedo. Algo terrible estaba sucediendo y nadie era consciente de ello. Todos seguían haciendo lo mismo que el día anterior . ¿Habría algo en algún alimento?… ¿en el agua?... El cambio climático… ¿un nuevo virus?... Aguantando la respiración saqué la mascarilla del bolso, me la puse y aliviada exhalé el aire que ya me estaba acogotando. Aunque la bolsa de la compra pesaba lo suyo, metí la directa y en un sin vivir llegué a casa dispuesta a confinarme . Lo primero fue poner la tele a ver qué decían del tema. Nada. Ni la uno ni ninguna otra cadena decían qué era lo que pasaba. No podía creer que fuese yo la única del planeta que se diese cuenta de aquel horror… ¿igual era sólo local y las autoridades nacionales no tenían noticia…? Llamé a Loli, no la quería asustar pero si sabía algo me lo diría sin que le preguntase ¡buena es ella! Llamar, ella no me llamaría, pero callar algo así llamándola yo, ¡imposible!... Casi una hora al teléfono, la verdad es que hacía años que no hablábamos, y van a pasar otros tantos antes de que lo vuelva a hacer… siempre igual, que si no quiero saber nada de la familia, que si no cojo el teléfono, que si… si no fuera por ésto ¡iba a llamarla yo!... Bueno, que no tenía ni idea, no porque le preguntase yo sino porque no me lo contó ella, y éso que temas de edad y vejez saqué cada poco, pero nada, no soltó prenda y eso sólo significa que no lo sabe, no tengo la menor duda. Pasé el día entretenida con mis libros sin dejar de pensar en lo que podía estar sucediendo fuera, y así se hizo de noche. Entré en el baño a cepillar los dientes antes de ir al dormitorio y, sin darme cuenta, me vi en el espejo y me paré a observar. Creo que nunca lo hice con el detenimiento de hoy, ¡alucinante! también yo era víctima de ese terrible mal. Alguien esta mañana me había contagiado, ayer era joven, estoy convencida de ello, no hacía falta que me mirase, sé cómo me sentía. Incluso esta mañana en el super me sentía igual. Tuvo que ser a lo largo del día… ¿hasta que me vi en el espejo? … Allí lloré viendo los años en mi rostro, la árida flacidez de mis mejillas, las manchas, las arrugas, los ojos cansados , los surcos en las comisuras de la boca, la frente plisada, los dientes, el cuello, ¡oh! el pelo… no quise seguir observando a la vieja en la que me había convertido, así, de un día para otro y me acosté con la esperanza de que al día siguiente todo volviese a la normalidad y ésto sólo fuese un mal sueño. ¡Miedo me da a que amanezca…!

 

 

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La mejor edad - Esperanza Tirado

                                               Resultado de imagen de perra en edad de procrear

 

Al nuevo inquilino de la puerta de enfrente le tengo echado el ojo. Y le echaría algo más y me lo llevaría a casa, a un rinconcito bien mullido. Pero me temo que mis posibilidades son escasas. Mis dueños no me desatan de esta perra correa, valga la redundancia, porque temen que algo le pase a su cachorrita linda. Serán idiotas. Sé que soy pequeña y también conozco mis posibilidades. Estoy en mi mejor edad. Pero me da que este par de dos alelados, que tengo por dueños, no saben multiplicar por siete.



 

 

 

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