Desde todos los medios nos están bombardeando con el descubrimiento de la vacuna contra la estupidez. Todo un éxito sin duda. Insisten en que evitará también la corrupción de quienes la utilicen por eso de la inmunidad cruzada, al menos en un 80%. ¡Fantástico! España ha estado al frente del descubrimiento. Laboratorios financiados con fondos públicos serán los encargados de fabricarla.
Personas sensatas de todos los colores, partidos, ideologías y creencias respiran aliviadas al intuir que por fin ha llegado el final de la normalidad política a la que nos han acostumbrado desde que apareció el virus. Todos apuntan a que ellos, los políticos, serán los primeros en ser vacunados junto con los expertos asesores de los distintos ministerios. Ya se habla del número de dosis, de la inmunidad, de tantos por ciento, de calendarios …
Pero... ¿no pecan de ingenuos al echar las campanas al vuelo?
Su efectividad pasa por hacerla obligatoria, será el primer escollo a superar... los políticos son los que tienen que votar los cambios en la actual legislación para poder imponerla.
Vacunarse de manera voluntaria implica no estar afectado… ¡Nuestro gozo en un pozo! el dinero de los contribuyentes otra vez a la basura, bueno, a los bolsillos de alguien...
Seguiré con mi librería infantil , contando cuentos a los más pequeños, transmitiendo valores, generando ilusión, formando ciudadanos… el futuro es de ellos.
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