Todo/ Nada es igual - Esperanza Tirado






Sigo dando la cena a los niños a las ocho. Les pongo el pijama, les acuesto, les

 leo un cuento y apagamos la luz. Ellos siempre te desean buenas noches antes

 de cerrar los ojos. Yo voy a la cocina, me sirvo un vino, picoteo algo, veo la tele 

me acuesto mientras repaso el horario de mañana. A las seis suena el

despertador. Como ves, nada ha cambiado desde que tú decidiste cambiarlo todo

 para siempre. Bueno, ahora tu madre me llama los domingos. Y, a veces,

 quedamos para dar un paseo y dejarte flores.