Las cosas que dejaste por decir y hacer quedarán pendientes como los focos de la farola que esperan a brillar. Ellos sí brillarán, tus historias y deseos brillarán por su ausencia, pero mientras estés bajo un cielo azul infinito, sigue creyendo en los milagros.
No importa quién brille más, no importa quién se porte mal, si el tiempo coloca siempre cada cosa en su lugar.
Ahora guarda silencio, mira en tu interior y observa qué has hecho mal. ¿En qué te has equivocado? No hay errores, son enseñanzas para la vida.
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