Abrió con su propia llave la caja de Pandora esperando encontrar la carta de la verdad. Cuando esta se enteró gritó maldades a los cuatro puntos cardinales.
'Perdón', le susurró, arrepentido y mirando al suelo, como un niño pillado en falta.
'Ya es tarde', respondió ella. 'La verdad no siempre es agradable para quien la encuentra. Y, en ocasiones, la retuerce en su beneficio'.
Antes de terminar la frase, una tormenta de malas ideas cayó sobre sus cabezas, torturando sus pensamientos. Pandora logró retener una esquina de esperanza.
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