En paro - Marian Muñoz

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Por fin he encontrado ánimos para hacer alguna tarea en casa, esto de estar en el paro ha trastocado mi ritmo de vida y no sé si voy o vengo, tanto tiempo libre no sé cómo ni en qué emplearlo y la vagancia está haciendo mella en mí, pero creo que hoy es el primer día de mi nueva existencia. He conseguido madrugar e ir preparando mi currículo en el ordenador, ¡ya es algo! Ahora voy a limpiar que tengo la casa un poco abandonada.

¿Uy que es esta hoja? Parece una lista y es la letra de David, ¡qué raro! “Lámpara, copa, techo, fotografía ¿por qué lo habrá escrito? Que yo sepa no se ha roto nada y tenemos lámparas de sobra, espera que voy a mirar al techo no sea que tengamos alguna humedad. Pues no, parece estar todo en orden, cuál será el motivo, no me lo explico, ya sé voy a llamar a la mayor por ver si sabe algo del tema.

  • Hola cariño ¿estás bien?

  • Sí mamá ¿y tú?

  • Bien, bien, oye ¿has hablado últimamente con tu padre?

  • No, porqué, ¿es que le ha pasado algo?

  • No, no, pero ya sabes, tú y yo charlamos a menudo y no quiero que pierdas la relación con tu padre

  • ¡Mamá hace dos semanas que comimos juntos!

  • Sí, ya lo sé cariño, pero bueno, sabes lo que quiero decir ¡eh!

  • Mamá estoy trabajando, si no es para nada más, te dejo.

  • ¡Claro cariño, un beso!

  • Adiós mamá.

Pues nada, no me ha aclarado nada, estoy de lo más intrigada, ¡ay madre seguro que tiene una querida y eso es para su nidito de amor! ¡Será lagartona! como sea Mónica la secretaria te aseguro que la borro del mapa, siempre poniéndole ojitos a mi David, estas chicas jóvenes ni siquiera respetan la calva de los casados, pues que se prepare porque la venganza se sirve en plato frío. Déjame pensar, creo que voy a llamar a la pequeña, quizás sepa algo, la tantearé, es más ingenua que su hermana y seguro que canta.

  • Buenos días me pone con la doctora Carrillo, por favor.

  • Hola cariño, ¿qué tal llevas hoy la consulta?

  • Bien mamá, ¿ocurre algo?

  • No, no, bueno era para preguntarte si has hablado últimamente con papá, creo que le noto algo raro y era por si tiene algún problema de salud.

  • Mamá sabes que no puedo contarte nada de un paciente, ni aunque sea papá, pero estate tranquila que no me ha comentado nada. ¿Crees que está enfermo?

  • No, claro que no, pero era por si sabías algo de él que yo no sepa.

  • Mamá hace dos semanas que comimos juntos y tengo mucho trabajo, ya estoy retrasando la cita de mi paciente por esta charla sin motivo, así que sintiéndolo mucho te dejo, búscate un entretenimiento durante este período, vete al gimnasio, a la piscina o haz manualidades, ya verás cómo dejas de preocuparte por papá. Un beso, ciao.

  • Adiós cariño.

Bueno, ya veo que no consigo sonsacar nada a las chicas, voy a dejarlo reposar un rato por ver si se me ocurre a quien más preguntar. Ya sé, me tomaré una taza de achicoria e intentaré leer en los posos, creo que era mi prima Julita quien decía que el poso de una infusión habla mucho del destino. ¡Pues ale, a la cocina! Esta achicoria debe ser malísima porque se ha disuelto toda y lo que ha quedado en la base de la taza es el azúcar que no removí, pues no me quedo tranquila, voy a registrar los bolsillos de sus chaquetas o pantalones por ver si pillo alguna infidelidad.

¡Madre mía cuanta ropa tiene! Y yo que cada poco estoy comprándole algo porque siempre se pone lo mismo, está visto que de ahora en adelante he de escogerle lo que lleve al trabajo y que airee tanto traje. ¡Puf que cansada estoy! Voy a sentarme un rato delante del televisor y entretenerme con algo, hacer no he hecho nada, pero estoy agotada, y todo es por la incertidumbre de esa dichosa lista. ¡Seré tonta! Dentro de poco es nuestro aniversario y quizás ha comprado por fin ese apartamentito en la playa que tanto me gusta, ¡anda que si es una sorpresa! Y yo pensando que tiene una amiguita por ahí ¡ay que tonta! Bueno espera, igual el pisito es para disfrutar con la otra y a mí me tiene para lavarle los calzoncillos y lustrarle los zapatos. Pues no, por ahí no trago, si tiene otra que se vaya con ella que no soy segundo plato de nadie.

  • ¡Cariño, ya he llegado!

  • Hola, que pronto has vuelto.

  • ¿Pronto? Si son las tres de la tarde, ¿qué ha pasado en el dormitorio que esta toda mi ropa encima de la cama?

  • Nada, estuve limpiando un poco.

  • Hoy me ha entretenido el tiburón de Miguel, no para de exigir cada día más y estoy por cambiarme de departamento a pesar de estar a gusto con el trabajo.

  • Ya, claro, ¿muy a gusto?

  • Pues sí, ¿Qué hay para comer? ¡tengo un hambre de león!

  • ¿Comer, dices comer de comida?

  • Sí, claro, no me digas que te has entretenido limpiando y no has preparado nada, ¡hombre menos mal que apareció! Estuve buscando esta lista como loco y no sabía dónde la había perdido.

  • ¡Pues ya la tienes aquí! ¿Se puede saber qué es?

  • Claro, la pequeña que por culpa del trabajo no para en casa y me dijo que tenía unas cosas que arreglar y lo anoté para no olvidarlo, y ya ves, pierdo el papel, ¡si es que no se puede llegar a mayor!

  • ¡Ah, era eso!

  • Sí claro, pero venga, vamos a ver que tenemos en la nevera o acabaré hincándote el diente.


 

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