Aunque falle - Marga Pérez

                                       Footpath through laurel forest, Anaga Rural Park, Tenerife, Canary Islands, Spain

 

Mucho tenemos que aprender de la naturaleza. De los animales. Caminar al compás de su latido. Buscar un punto intermedio entre todo y nada. Comprometernos.

Nos han dejado a la intemperie .Tenemos miedo. Arrastramos la niñez año tras año por miedo a abandonarla. Por miedo a envejecer. Rendirse no es una opción. Formar una sociedad sin viejos tampoco. Yo quería un corazón de abuela. Volar alto mientras sueño con ponerme en pie. Preferiría estar durmiendo. ¡Claro! No tener que optar entre mal y fatal. No quedarme con la euforia cuando lo que necesito se llama felicidad.

Lo que amamos no está lejos. Lo sabes. El miedo nos hace humanos. También. Huir, atacar, someterse, hacerse el muerto, son las estrategias de los animales frente al miedo. Nos hacemos los muertos esperando a que los lobos se vuelvan corderos. Confiando en que las almas se unirán en un susurro. Soñando con el cambio.

En silencio vivo para acostumbrarme al horror del maltrato. Atacamos. Lo primero es antes. Ya sabes, siempre es más tarde de lo que pensamos. Me duele lo que veo. Saber que una herida puede ser un lugar para vivir. Me irrita. Cuánta mujer invicta, ajada, conculcada, pertinaz, díscola, desfallecida e inquebrantable, vive con hambre. Vestida de domingo. Sin ser especial para alguien. Callada. Humillada. Maltratada. Ninguneada. Te odia quien no te puede manipular. Los demás te ignoran . Que siga como está. Anorexia como respuesta. Dejar de comer como castigo. Someterse. Castigarse comiendo demasiado. Mujeres del hambre. Redes sociales como alimento. Internet. Atacar. Alimentos para torturar, obligar, imponer, dominar. El futuro de las naciones dependerá de cómo se alimenten. La felicidad es cuestión de elegir. Y yo los lunes al sol mientras ellas alimentan para compartir, agasajar, enamorar… Es curioso que los niños que han sido abandonados les deja de gustar la comida. Que las ideologías sean alimento de las masas. Que hayamos vivido un año sin primavera. Que tengamos que deshacernos de la esperanza cuando nos impide avanzar. Oveja que bala bocado que pierde...pero el amor reemplazó a la espera. Como decía Tolstoi “La mejor dieta de un político es comerse sus palabras”. ¡Menuda indigestión! Pero lo imposible sólo tarda un poco más. Estoy convencido. Si no creyera con Kundera que el suicidio es un escupitajo en la cara del creador, lo propondría como solución global a tanto desatino. La estupidez insiste siempre. “Pintamos casas a domicilio”. Más de lo mismo. Me hago el loco cuando estoy entre locos. Seamos claros: Nada puede fallar si no hay un plan establecido...Amanece, que no es poco. La naturaleza siempre responde. Después de todo ella tiene la última palabra. Mucho tenemos que aprender de ella. De los animales. Caminar al compás de su latido. Buscar un punto intermedio entre todo y nada. Comprometernos. Si. Nos han dejado a la intemperie. También. Tenemos miedo. Si no hay un plan nada puede fallar. Decía Robert Capa que si una foto es mala es porque no te has acercado lo suficiente. Acercarse y saber mirar. Faltan gafas. Ganas.

Enseñanzas de los indios de la costa noroeste de los EEUU a sus hijos si se perdían en el bosque: “Detente. El bosque sabe dónde estás. Déjale que te encuentre.”

Sólo sabes lo que aprendes cuando vuelves a casa y mientras tanto...Que me entierren con la picha por fuera pa que se la coma un ratón. Gracias Robe, no podría decirlo de mejor manera. Tengamos un plan...

 

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