No hay meta...solo camino...
El
camino que te invita a ser está plagado de misterio. Recréate en su
magia y déjate sorprender!!.
La brisa acaricia tu sudor y lo
seca, te refresca, te hace sentir alivio en los pasos tortuosos por
el pedregal. El murmullo del agua imparable en el curso del río
llena tu alma de notas y vibraciones sanadoras que energizan el
paseo, el trote y el galope de los ciclos de tu vida.
El
hermano árbol en su perfecta existencia te enseña a anclar las
raíces en la tierra abrazadas a las raíces de los vecinos y
compañeros y en su inhiesta copa los ramajes llenos de hojas miran a
lo divino irguiéndose al cielo.
Siéntate a contemplar las
formas y las almas que habitan en el bosque, no pierdas su presencia
en la distracción y el bostezo del sueño. Ellas son un obsequio
para la consciencia, te regalan fuerza y sabiduría.
Y si
elevas la mirada descubrirás una naturaleza soberana sobre tu
cabeza, rocas firmes y hermosas que en su extrema dureza ofrecen
capas blandas para ser talladas por el agua, por el sol, por el
viento...
No temas, eres grande y creador y la vida te ofrece
el puente que has trabajado para cruzar el umbral mientras el agua
del río sortea los obstáculos saltando vigorosa y alegre sin
abandonar el cauce.
Si son tus pies lo que contemplas en el
camino, bendícelos, en su soledad tienen la valentía de llevar toda
la carga de tu mochila y toda la luz de tu sutil etéreo. Y si
caminas cogida y enlazada tu mano con otra mano disfruta de la
compañía y suéltala cuando el camino en disyuntiva así lo ofrezca
para el mayor bien conveniente. Nunca vas solo, en tu corazón está
todo lo que piensas que te falta cuando vives en la queja y la
carencia.
Agradece...cada día, cada flor y cada espina...toda
vivencia. Y sin más...AMA.
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