Soñaba con insectos asesinos cuando un fuerte dolor de cabeza me despierta. El estómago anuncia con violencia lo revuelto que anda todo por dentro. Con un salto quiero evitar manchar todo de vómito, llegar al baño. Pero no lo puedo evitar, caigo de bruces contra la moqueta como un sapo. Como un fardo, sin ruido. Quedo inmóvil entre bilis y sangre nasal mirando cómo a mi alrededor la moqueta se empapa, cambia de color. Quedo inmóvil. No me puedo mover.
Un nuevo síntoma que tengo que contarle al médico. Los malestares gástricos hace semanas que me están jodiendo. Nunca creí que por estar infestado de parásitos iba a tener tantos problemas. Cuando me los diagnosticaron, va ya para dos años, me puse en tratamiento sobre la marcha. Los granos, pupas y picores desaparecían a la misma velocidad en que volvían a aparecer en nuevos sitios sin dejar nunca de picar. Eso y una relación poco recomendable con una desconocida hizo que saltasen las alarmas y sospechase del diagnóstico . El médico insiste y al cambiarme una vez más el tratamiento me dice: “A ver si hay suerte” ¡Acabáramos! Si es cuestión de suerte estaré con bichos hasta el final de mis días. No es lo mío.
No sé cuanto tiempo estaré en esta posición. Seguro que enseguida recupero el movimiento. No se está tan mal sobre la moqueta sin hacer nada, si no fuera por el olor…
Con tanto silencio vuelvo a sentir cómo los bichos comen dentro de mi cabeza. Antes los había sentido en el estómago, en las tripas. Estoy convencido de que las diarreas eran de sus propios excrementos , de mis vísceras destruidas por tanto parásito destructor. El médico se rió de mi cuando se lo dije . Según él, sólo estaban en la piel, no podían pasar al interior. Me mandó al psiquiatra cuando volví con la historia de que habían llegado a la cabeza. Los notaba mordisquear. Los noto continuamente grugg,grugg,grugg, cavando galerías en mi blando y sabroso cerebro como si se tratase de un queso gruyer…
El tiempo pasa y la movilidad no vuelve. Debí orinarme. El olor a orina caliente me da en la cara. Tengo miedo por primera vez desde que ésto empezó. Miedo a no volver a ser el que fui no hace tanto. Grugg,grugg,grugg… Los oigo sin cesar cavando, comiendo mis tejidos.
Esta semana tengo cita con mi médico. Sin contar con él me fui a uno particular que me mandó un escaner. Se ven los gusanos claramente en él , dice que estoy infestado por todas partes. Se lo voy a restregar por las narices. No estoy loco. No necesito un psiquiatra. Pero esto me va a volver majara. Sentirlos ahí dentro comiéndome es más de lo que puedo soportar. Ahora me arrepiento de no habérselo dicho a nadie. Mamá estaría feliz acompañándome a todas estas pruebas. Haciéndome comidas especiales. Metiéndose en mi casa a hacer limpieza y ventilando... que eres un Adán… que no sé qué haces sólo estando yo aquí...que mejor estarías viviendo conmigo… ¡Qué horror! Menos mal que cuando murió papá accedió a pasarme una mensualidad. Fue lo mejor para los dos, ella disfrutaría de todos los bienes y yo sería libre. ¡Libre! … dejé de trabajar. Mi jefe era insoportable. El piso acabaría siendo mio. Papá tan hormiguita lo fue pagando mientras trabajaba como un burro pensando en su jubilación… A mamá con el de ellos le basta. La paga que le ha quedado, para ella sola, es más que suficiente. No necesita alquilarlo. ¿Por qué tendría yo que alquilar uno teniendo éste?.
El móvil suena en la mesilla de noche. Seguro que es Pepi, está dispuesta a lo que sea con tal de cazarme. Si supiera que es siempre mi último recurso cuando no me como una rosca... Sé que siempre está dispuesta a recibirme. Últimamente, con esto de las pupas y los picores, eché mano de ella más a menudo. Se piensa que me tiene en el bote. En cuanto todo ésto pase pondré distancia, ya está pasándose con tantas confianzas. Los watsaps no dejan de sonar. No se cuánto va a durar esta inmovilidad. Mamá tiene llave pero no se atreve a venir sin llamar antes. Después de la que le monté cuando se le ocurrió aparecer para traerme la comida… Ya quedamos en que voy yo a buscarla una vez en semana y así le llevo la ropa sucia y recojo la ya limpia y planchada. Menos mal que me tiene a mi. Desde que murió papá está tan sola… ¡Vaya! Fue ayer cuando pasé, hasta dentro de una semana no me echará en falta. ¿Cuanto tiempo podré estar sin comer? ¿y sin beber?…
No sé cuanto tiempo llevo sobre la moqueta. Dormí, desperté, varias veces vacié la vejiga, el intestino… Creí que no podría con el olor a descompuesto pero, a todo se acostumbra uno...
Voy a morir solo, rodeado de mierda y orines y vómito mientras me engullen cientos de gusanos. ¿No podrían esperar a que esté muerto?… Igual hay algo muerto en mi y no lo sé. Los animales son más listos que nosotros y lo saben antes . Se dan cuenta de cosas que nosotros ni siquiera llegamos a intuir… grugg, grugg,grugg, cava que cava. Come que come…
Cada vez estoy más mareado. No sé cuantos días llevo en esta posición… ¿Hasta cuando esta pesadilla? El teléfono suena varias veces seguidas…resuena en mi cabeza acoplado al grugg, grugg, grugg que me aturde... Es atronador. Estoy muy cansado...Todo lo veo borroso… Me encuentro fatal… ¿No vendrá mamá?... El cuerpo se contrae espasmódicamente mientras vomito decenas de gusanos que flotan entre bilis viscosa y fétida. Cierro los ojos y sé que voy a morir… Espero el momento sin emoción alguna ... Sin ningún asombro...ya... sin palabras.
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