Su padre es un tal José Luis. Me ha dicho su apellido, pero con media lengua es difícil entenderle. Y a su madre no la conoce. Dice que se fue. Ya veo, ese 'problema' se le hace un mundo a cualquiera. Y a una madre, más. Parece que se ha quedado tranquilo pintando con los rotuladores. Nunca falla, los entretiene y se olvidan de que están solos. Este centro comercial es enorme, una trampa para pequeños despistados y asustados. Ahora doy el aviso con su descripción por megafonía. Esperemos que el padre no haga lo mismo que su madre. Pobre criatura, ¿Quién lo acogería entonces?
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