Me está encantando clavarle agujas a este muñeco. Es tan real que pareciera mi hermano, dormidito en su cuna. Mis padres piensan que tengo celos de él. Por eso me han traído a la consulta de esta señora. Es médico, dicen. Pero no lleva bata blanca ni te receta pastillas. Cuando vuelvo a casa, me acerco a la cuna, mi hermano duerme tranquilo. Mis padres parecen contentos. Y yo me voy a mi cama con la mente en blanco.
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