El árbol genealógico - Dori Terán


                                            


 Las tareas de la casa ocupaban la mayor parte de las horas de sus días. La vida la había bendecido con una familia numerosa. Y también diversa. Las gemelas solo eran como dos gotas de agua en su cuerpo físico y lo notabas cuando ponías todo el acento en esa observación ya que la expresión de sus gestos y movimientos les conferían una clara diferencia que llegaba a ocultar tal similitud. Era la expresión de dos almas distintas. Los chicos se llevaban un tiempo de dos años en cuanto a su edad. Ella no acababa de entender que genes se habían trastocado en ese tiempo para que ambos nacidos del mismo vientre pudieran ser tan distintos en todos los aspectos de la existencia. Y luego estaba Jaime, su esposo, el padre de las criaturas. Desde luego que él ya no tenía nada que ver con aquel joven que como un galán de cine, guapo, osado y alegre había asaltado su vida y su corazón en los años de juventud soñadora. La renuncia a su trabajo de cajera en el supermercado le supuso un límite en una actividad que además de proporcionarle un sueldecillo enriquecía su vida con otras relaciones y vivencias. Tenía un conocimiento amplio de la vida y su evolución, no en vano fue siempre una mujer observadora y detallista. Y feliz, si feliz. Había sabido encontrar la puerta, la salida a la cotidianidad rutinaria de sus días. Tenía mucho que contar de todo cuanto en su casa y sus habitantes se cocía. Por eso era frecuente verla atendiendo en la sartén a los alimentos que iban a comer y entre vuelta y vuelta de tenedor se acercaba a la mesa donde un cuaderno con rosetones de grasa guardaba los escritos, las narraciones, los pensamientos y sentimientos de cuanto en su hogar ocurría. Lejos estaba de sospechar la comprensión y la luz acerca del ser que nos conforma que en sus historias iba a dejar a sus descendientes. Programas de genealogía. 






Licencia de Creative Commons

Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.

No hay comentarios:

Publicar un comentario