La
gente pasa el tiempo rompiéndose la cabeza pensando en tonterías.
Hay ahora unos líos con eso de la energía que no hay quién los
entienda. Que si hay más de la que podemos gastar, que si no hay
basta, que si hay que tener cuidado con el medio ambiente, que si
cada día está más cara, que si las eléctricas nos roban… A mi,
si os digo la verdad, la energía eléctrica me la pela; la eólica
me la sopla y la solar me la suda.
Y
hablando de energía eólica: llevaba yo unos años en el paro,
haciendo planes, y todo el mundo me preguntaba con rentintín, como
si yo fuera un bicho raro o un extraterrestre
¿Y tú de qué piensas vivir? ¿Del aire?...Pues mirad por donde
heredé unos montes que nadie de la familia quería, los alquilé
para que montaran unos cuantos molinos eólicos y ahora vivo del aire
que me dan.
Es
que la gente pierde el tiempo pensando en cosas que, o no tienen
solución, o la tienen por si solas. Que si la vivienda está muy
cara. Que si las casas cada día son más pequeñas...Pero, por favor
¿dónde está el problema? El problema sería no tener dinero para
tomar unas sidras o un buen
cachopo. No hombre no, hay
que ser positivos y acordarse de Espinete que vivía en una casa de
treinta metros cuadrados y tan contento. ¿Y por qué estaba contento
Espinete? Porque precisamente por vivir en un espacio tan pequeño,
pasaba el día en la calle y así consiguió hacer un montón de
amigos. Y eso tiene una moraleja: si vives en una casa de doscientos
metros cuadrados, vale, tendrás mucho sitio, pero pasarás la semana
trabajando del día a la noche para poder pagar la hipoteca y el fin
de semana limpiando y no te dará tiempo salir a la calle y no verás
a nadie, por lo que estarás más solo que la una. Además, con la
cantidad de robos que hay ahora, si tienes una de treinta metros
cuadrados, nada más entrar por la puerta, de una simple ojeada, ya
sabes lo que te llevaron. Por eso yo adecenté el hórreo
del abuelo y vivo allí tan ricamente con unas vistas magníficas. Y
si vale, vivo fuera de la ciudad, pero eso tampoco me preocupa. Como
un coche me salía muy caro compré una jaca que me lleva a
todos lados sin falta de parar en la gasolinera.
Con
el asunto de la vivienda resuelto y con lo que sacaba de los molinos
necesitaba algún trabajo extra para vivir con holgura. Y ya empezó
la gente a decir que si no hay nada, que si cada vez son los sueldos
más bajos, que si los empresarios solo quieren esclavos...Mirad, eso
es porque no miran en condiciones, porque hay trabajos buenos y a
montones que quedan sin cubrir. Por ejemplo, el otro día vi un
anuncio donde pagaban un sueldo buenísimo por no hacer
nada...Asistente lanzador de cuchillos. Algo tan fácil como quedar
pegado a una pared mientras otro lanza los cuchillos. Porque yo ya
había encontrado un chollo de trabajo, de esos de no hacer nada, que
si no...Estoy trabajando de muerto en una empresa de ataúdes. Y lo
hago tan bien que subieron las ventas un cuarenta por ciento. Y
encima, salgo más guapo... Hasta me pintaron ojeras y todo. Un día
me hicieron un vídeo de promoción y vaya bien que lo pasamos en
casa. Invitamos a toda la familia y a los amigos, y nos
destornillábamos de risa.
Ahora
hasta estoy pensando en montar una empresa. Es que hay montones de
nichos de trabajo sin explotar. Por ejemplo, recogedor de mierda de
perros. Porque vamos a ver, la gente sale a la calle, el perro hace
sus necesidades ¿y qué pasa? que el amo acaba con lumbago. Pues ahí
entro yo. Voy detrás recogiendo la mierda de los perros y todos
contentos. Los dueños con la espalda sana y yo con el bolsillo
lleno. Es que creo que hasta me tenían que dar una subvención por
tener una idea tan espléndida.
Lo
malo va a ser que si sigo ganando dinero voy a tener que pagar mucho
a hacienda, aunque bueno, ya sabemos que no es lo mismo declarar lo
que se gana que declarar lo que da la gana, aunque suene casi igual.
Pues eso, que yo igual me tiro por lo segundo.
Lo
peor de montar una empresa son los primeros pasos, porque te ponen la
cosas muy difíciles y además nadie te anima.Mira qué pensar en
montar un negocio en estos momentos, estás loco, no sabes lo que
haces...Pues mira, contesto yo a los agoreros, también puede llegar
el diluvio o un terremoto y quedarte sin casa ¿y por eso vas a dejar
de comprar una vivienda? Es que la gente es muy cobarde, porque nadie
te va a regalar nunca nada, cada uno debe buscar sus lentejas ¿o no?
Hace años, mientras pensaba cómo encauzar mi vida para ganarme unas
pelillas, me hice un Stradivarius de cartón y me fui a cantar al
metro. Ganar no gané mucho, pero lo suficiente para sobrevivir hasta
que me llegó la herencia. Pero claro, hay mucho señorito que dice
que eso le da vergüenza. Vergüenza es ser un mangante o estar
quejándose todo el día por cosas tontas o que no tienen solución.
Hay que preocuparse solo de las cosas realmente importantes. Y a mí
lo que me preocupa últimamente son los chigres. Porque como entren
los chigres en crisis estamos listos. Ni molinos de viento, ni
perros, ni mierda, ni muertos...bueno, muertos, sí, igual ese
negocio prosperaba. ¿Os imagináis lo que puede pasar si un día nos
levantamos y están todos los chigres cerrados? Sería una
catástrofe. Llegaríamos al sesenta por ciento del paro, por lo
menos. Además, si la gente no pudiera ir al chigre ¿A dónde iba a
ir? ¿Al psicólogo? ¡Anda ya! Del psicólogo salís más deprimidos
tú y tu cartera. En cambio llegas al chigre, te colocas en la barra
y al momento ya tienes un montón de psicólogos a tu disposición. Y
si por casualidad entra un borracho o un argentino, te tocó la
lotería, porque todos los borrachos dicen la verdad y los argentinos
llevan la psicología en su ADN. Además, los chigres son las
mejores academias de inmersión lingüistica. Es llegar uno de fuera,
entrar en el chigre y aprender en el momento las palabras más
importantes para defenderse en asturiano ¡Cagonmimanto! ¡Será por
perres! ¡Pago yo!… bueno, eso último dicen que los catalanes no
consiguen entenderlo por mucho que se les explique...cosa de las
lenguas...ya se sabe. En fin, me despido de ustedes señores, que voy
a mirar que requisitos hay que cumplir para abrir un chigre.
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