No hay mal que por bien no venga - Marian Muñoz

 


  • No hay mal que por bien no venga, ni bien ni mal que cien años dure, aunque las desgracias nunca vienen solas y a perro flaco todo son pulgas.
  • ¡Pero hombre! ¿A ti qué te han echado en el café que estás tan filosófico?
  • Bueno, ya sabes que nunca llueve que no escampara ni a gusto de todos, y que mal de muchos consuelo de tontos.
  • Oye, oye, ¡para el carro!, explícame qué te pasa, porque me estás asustando.
  • ¿Sabes que quien a buen árbol se arrima buena sombra le cobija? Pues me cobijé en el árbol inapropiado, y claro, paraguas para uno y ducha para dos.
  • ¡Ay señor, señor!
  • Ya, es que a quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga, porque me han hecho una faena de aúpa y todo por pensar que a quien madruga Dios le ayuda, aunque no por mucho madrugar amanece más temprano.
  • ¡Madre del amor hermoso! Como sigas así me vuelves loco.
  • No te preocupes, no me ha dado un jamacuco, es que estoy practicando para el concurso de refranes de la tele, que la tonta de mi hermana me ha apuntado, y hay que hilar uno tras otro con cierto sentido.
  • ¡Vale! Si es así, te lo paso, pero he estado a punto de plantarte y que pagaras tú los cafés.
  • Ya, pues quien te va a plantar soy yo, porque se me ha echado el tiempo encima y el camarero no acaba de venir, vas a tener que pagarlos tú. Ya ves, no hay mal que por bien no venga.
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