Tengo
pensado hacer varios peces de colores para la ofrenda. A mi abuela le
encantaba el mar. Su sueño siempre fue bucear en aguas profundas,
tocar los corales y jugar entre los bancos de peces. De luto riguroso
y palabra justa era mujer de tierra adentro. Pero tenía alma de
sirena. Preparando la sorpresa en su último cumpleaños no llegamos
a tiempo y nunca llegó a pisar el mar. Aún escucho su lamento
dentro de mí.
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