Sólo los muertos son gente de fiar, decía mi abuela mientras yo la miraba ojiplática ¿Cómo un muerto puede ser alguien de fiar si está muerto? - pensaba- Ahora lo entiendo, si, si, y pienso lo mismo que ella...
Hace unos días me llamó por teléfono una mujer. Me llamó por mi nombre y sabía también mis apellidos. Sabía muchas cosas de mi… Que era madre soltera, que mi hijo estaba entrando en la adolescencia, que hacía varios meses que estaba en paro, que la empresa en la que trabajaba había cerrado como consecuencia de la pandemia, que me quedé en la calle, sin indemnización, con deudas… sabía que estaba desesperada.
-¿Qué quiere de mi?- Le dije.
- No quiero nada, soy yo la que quiero hacer algo por usted…
- No entiendo…
- Es muy sencillo. Estoy enferma, en fase terminal… Me muero y no tengo a nadie a quien dejar mis bienes…
- No sabe cuanto lo siento...y yo ¿qué pinto en ésto?
- Quiero hacerle una donación. Dejarle a usted mi dinero.
-¿A mi? No entiendo por qué, no me conoce de nada…
- Usted me recuerda a mi misma. Hubo una época de mi vida en la que lo pasé muy mal. Ya mayor, tuve la suerte de conocer al que luego fuera mi marido y mi suerte cambió… Murió hace dos años y quedé sola, cargada de dinero y muy enferma… el cáncer, ya entonces, sabíamos que no tenía solución.
- No me estará tomando el pelo ¿verdad? - Le dije, sintiendo que estas cosas podían ser reales y que también podían pasarme a mi.
- No, claro que no. Cuando miras a la muerte a los ojos se te quitan las ganas de tomar el pelo a alguien que lo está pasando mal… No tendría perdón de Dios… Creo que puedo ir al infierno y no me seduce la idea… ¿Sabe? Soy creyente, como usted, fue lo que me convenció de que era la apropiada … No sé si le dije que quiero que usted reparta parte de mis bienes, unos 300.000€, entre personas necesitadas… Lo demás, unos 800.000€ serán suyos.
- ¡Claro! No hay problema…
- Estuve más de un año buscándola y ahora sé que es usted la indicada, que no me equivoco al ofrecérselo…
- Gracias, gracias – Le interrumpo ya convencida- haré las cosas lo mejor que sé, puede confiar en mi, se lo aseguro.
- No podemos perder el tiempo, no me queda mucho... me temo que si no dejo arreglada la donación el estado se quedará con todo. Mi abogado espera su llamada para formalizar el papeleo, le paso por was el número, el le indicará todo lo que desee saber. Yo ya puedo descansar en paz, gracias Atípica, ha sido un placer encontrarte a tiempo, disfruta mucho.
- No hay de qué, señora, la agradecida soy yo, se lo aseguro. Siento que no nos podamos conocer mejor… bueno… descanse... gracias, gracias... muchas gracias- Menuda película que montamos -
Sentí de golpe un gran alivio. Dejaba de tener sobre mi cabeza la espada de Damocles que me acompaña desde que decidí seguir yo sola con el embarazo. Sentí la tranquilidad de saber que cuento con mucho más de lo que necesito, la generosidad de quien nada en la abundancia, la paz de sentirme por fin protegida, la felicidad de la siempre metepatas que, no sabe cómo, pero tiene un golpe de suerte y gana…
Tenía previsto llamar al abogado nada más colgar pero, de sopetón, me puse a soñar. Si, soñar con lo que haría con esa burrada de dinero... Vi la casa de mis sueños... el negocio que nunca pude montar... los estudios que haría mi hijo... la ropa, los viajes, los amigos que tendría… Pero sobre todo vi el cuadro que me había dejado mi abuela en herencia, lo único de valor que ella tenía entre trastos y muebles apolillados en la casa del pueblo y que tuve que empeñar, hace ahora seis meses, para poder seguir pagando los recibos. Estaba tasado en más de treinta mil euros pero sólo me dieron diez mil… Gracias a el vivíamos. No lograba perdonarme. ¡Podría desempeñarlo! Deshacerme de él fue como perder a mi abuela. Ahora volverían a estar con nosotros. No voy a negarlo, estaba como unas castañuelas.
En ese estado de euforia llamé al teléfono que me había pasado y quedé con el abogado en estudiar los documentos que me mandaría por email.
Sobre la marcha llegaron DNIs, de la donante, del abogado, del bufete… todo parecía claro y legal. El tenía prisa en que le mandase mi DNI, la donante estaba muy mal. Yo también tenía motivos para darme prisa, así que lo envié...Cuando me pidió 500€ para acelerar los trámites legales y poder disponer cuanto antes del dinero, me pareció una bagatela, en breve tendría más de un millón... hice la transferencia sin dudarlo y éso que era lo último que nos quedaba del cuadro… … … … … … ...
Cuando era pequeña y no quería ir al cole, recuerdo que le decía a mi madre : ¿Por qué me despiertas si todavía no he soñado? Despertar a la realidad de haber sido engañada, me he aprovechado de ti y me importas un carajo, no compensa, os lo aseguro, aunque hayan avivado nuestros mejores sueños. Hay mucho hijo de puta… Pues éso, que sólo con los muertos.
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