Fue
fácil, mucho más fácil de lo que a simple vista parecía. Todo lo
encontré en mi
jardín.
Adelfa, filodendro, hortensias… flores bellas y simples, pero
llenas de veneno, como yo. Unas raíces, unos tallos, unas hojas,
echadas disimuladamente en la sopa
que le gustaba tomar todas las noches, esa que siempre estaba
demasiado caliente o demasiado fría. Un ataque al corazón y me
libre de un marido infiel y maltratador antes de que él se librara
de mí. No se lo he contado a nadie, pero estoy segura de que todo el
mundo lo entendería.
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