Calmar el hambre - Cristina Muñiz Martín


                                           Resultado de imagen de morcillas colgando del techo



El exceso de familia no dejó más lugar para el piano que una esquina del almacén, debajo de las morcillas que, como pendones negros, colgaban orgullosas del techo. Luis dedicaba todo su tiempo libre a la música, mientras las palabras de su padre, reacio al camino elegido por su hijo, martilleaban en su cabeza “Yo,con las morcillas, he podido comprarte el piano. A ver si tú, con tu música, consigues comprar las morcillas que calmen tu hambre.






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