A
menudo el pasado se hace presente. De golpe. Sin pedirnos siquiera
permiso.
Abre
heridas que creíamos ya cerradas. Revuelve...
Al
ir a la cocina Carla ve una carta esperándola en el suelo de la
entrada.El cartero suele tener este detalle con ella. Hace muchos
años que vive en Madrid y nunca ha recibido la visita de su
familia. Parece ser que su madre ha decidido hacerlo ahora. En la
carta se lo comunica, contenta e ilusionada a pesar del temor que le
provoca. Nunca hizo un viaje ella sola. Sería la primera vez que
saliese de su pueblo desde que su padre murió . Hace ya seis años.
Carla
no sabe si sincerarse con su madre pero de ninguna manera quiere que
sea ella quien impida este encuentro . Después de tantos años...
Quizá
más adelante, se dice… pero no es capaz de controlar sus
pensamientos :
--Sabía
que algún día se iban a enterar pero no creí que iba a ser tan
pronto, se dijo con la carta abierta entre las manos.
Cogió
el teléfono y tras el saludo nervioso de su madre al otro lado Carla
le explica:
-Mamá,
va a ser imposible. Hasta dentro de un mes, por lo menos, no dispongo
de unos días libres. Ya sabes cómo es esto del trabajo.
-No
te preocupes, hija, cuando tu puedas me avisas. No hay nada que me
impida ir cuando me digas. Tengo tantas ganas de verte.... tantas
cosas que contarte...
Las
confidencias no dichas dieron paso al silencio...y éste a la
despedida, con la promesa de Carla de avisarla cuando tuviese esos
días libres.
La
vida continuó para las dos sin pensar la una en la otra más que lo
que solían hacerlo hasta entonces.
Varias
semanas después , Carla se arregla y sale con tranquilidad al
bullicio mañanero de Madrid. Para un taxi y se dirige a la clínica
de fertilidad en la que están siguiendo paso a paso los pormenores de la
reproducción asistida a la que fue sometida. Ya se podrá ver
entonces si el óvulo implantado ha anidado. Se sabrá con
seguridad si está embarazada.
Llevaba
varias semanas de reposo pero desde hacía unos días tenía signos
más que evidentes de embarazo. Los vómitos mañaneros y los mareos
se sucedían. El sujetador ya no era capaz a mantener la discreción
de unos pechos que nunca antes habían destacado en su fisonomía...
no había dudas pero necesitaba saberlo.
La
revisión confirmó el estado en el que se encontraba. No tenía
que seguir con el reposo pero si tener el cuidado de toda embarazada
en el primer trimestre. Carla volvió a su casa feliz.
Llamó
a su madre y quedaron en que sacase el billete y fuese a pasar unos
días con ella
No
quería decirle nada de su embarazo. No lo iba a entender. No
merecía la pena decírselo, estaría sólo unos días y volvería al
pueblo, a su vida. Prácticamente no se veían pero no sabía cómo
se lo iba a ocultar. Varios días juntas y… su cuerpo ya la
delataba. Su madre era muy especial. Que ella tuviese un hijo sin
tener marido... ¿ lo podría asimilar? Carla presentía que iban a
surgir problemas ... mejor se lo callaba.
Era
un jueves a las siete de la tarde cuando Carla fue a la estación a
buscarla ... no la reconoció. Su madre se había transformado en
otra persona: joven, guapa, bien vestida, espabilada... Fue ella
quien abordó a Carla que no salía de su asombro.
-¿Cuanto
tiempo hace que murió papá?... seis años. Seis años sin verla
¡está irreconocible!, pensaba mirándola de soslayo.
Caminaba
a su lado como si fuera joven. Carla no dejaba de darle vueltas a lo
que veía.
-
Debe tener unos 58... aún tiene buena figura . La recordaba más
llenita. -¡Qué cambio! No me lo puedo creer. Está mejor que yo, pensaba mientras su madre contaba mil historias del pueblo, de la
familia, de los amigos...
-Mamá,
¡¡estás estupenda!! ¿Qué hiciste? Le espetó Carla con cierto
malestar al llegar a casa
-
Nada hija. Debe ser la falta de tu padre... Soltó jocosa y
desinhibida... pero al ver la cara de Carla trató de recoger velas
-bueno...ya sabes como era...
-¿Cómo
era...?¿Qué quieres decir? Carla se tensó temiendo la respuesta de
su madre
-
Bueno... nunca hablamos de ésto... - dijo balbuceando- de su
carácter... de sus explosiones...cuando te fuiste creí que ...
supuse que no lo soportabas... que huías de él
Carla
la cortó en seco
-¿Qué
huía de él?... ¿A qué juegas mamá?... ¿Vienes después de tanto
tiempo a hablar mal de mi padre?... ¿No te parece que tuve bastante
con lo que viví allí? Ya casi lo había olvidado...y...
Duda
si decirlo...pues si, ¿por qué me voy a callar? piensa, decidida
a poner las cartas boca arriba.
-Que
sepas que huí de ti. De tu manipulación. De tus malas artes. De lo
que le hacías cuando yo no estaba... si, papá me lo contaba todo.
¿Cómo no iba a tener mal carácter? Sería un santo si no explotase
después de todo por lo que estaba pasando ...¿Sorprendida?
-Carla,
no es verdad --su madre en pie sin soltar la maleta, no salía de su
asombro--. Si tu padre te contó eso de mi te mintió. Era una mala
persona...pero no creí que pudiese llegar a tanto...
-¡Cállate!
si sigues hablando mal de él tendrás que irte. No voy a consentir
que vengas a mi casa a desprestigiarlo. Bastante daño le hiciste ya.
-Carla,
estás equivocada...me maltrataba. Era un bicho...
-¡Cállate!
el bicho eras tu
-
A ti también te maltrataba, Carla.
-¿Quéeee?...
¿A mi...? A mi me quería. El era el único que me quería. Y yo la
única que lo quería a él
-¿Cómo
dices eso? Te enfrentó a mi. Sibilinamente, para que dejaras de
amarme. Quería hacerme daño dónde más me dolía ¿no lo ves? Y
aún me sigue maltratando después de muerto.
-
Mamá, no te molestes. Estaba muy tranquila para que vengas tu ahora
a tratar de cambiar la historia. Se lo que viví... así que te
agradecería que mañana a primera hora regreses a tu vida. Yo
intentaré seguir con la mía.
-Pero...
-No
sigas, te lo suplico.
Carla
abrumada se encerró en su dormitorio. Su madre agarró con decisión
la maleta que aún no abandonara y salió con sigilo al trasiego
nocturno. Llegó a la estación a tiempo para coger el último tren.
Regresó a su vida... sin llorar. Sin aclarar tantos años de
silencio. Sin alardear de si misma. Sin recuperar el amor de Carla.
Sin justificar años y años de terapia. Sin saber que sería
abuela....
Llegó
al amanecer a su destino.El tren se detuvo frente al andén con
cierto alivio de todos. La madre de Carla descendió. Miró con
serenidad a su alrededor esperando ver a alguien.. .allí estaba. El
no dejaba de mirarla ... Se fundieron en un abrazo. Largo. Sentido.
Apretado...Josefina, que así se llamaba, pegada a su cara se dio
permiso para llorar. Y lloró, como si nunca antes lo hubiera hecho.
Había
zanjado su pasado. Volvía a su vida, con Esteban, ya preparada
para ser feliz .
...
... ... ...
A
menudo el pasado se hace presente y nos da la oportunidad de volver a
mirarlo con el corazón .
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