Amigos para siempre - Esperanza Tirado





Tenía sed y mi abuela me mandó con un vaso al establo. No encontré ni agua, ni leche ni zumos, pero me he hecho amigo de la vaca. Y ahora, después de echar la siesta voy cada tarde al establo. Le gusta que le rasquen en la espalda. Está calentita. Lo malo es que justo después de subir el rabo llegan las moscas. No sé si conseguiré acostumbrarme a ese olor.







Licencia de Creative Commons


Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.

No hay comentarios:

Publicar un comentario