Marita
se iniciaba en garabatear sus primeras letras, también quería
componer palabras como su hermano mayor. En el cuaderno de palotes
veía dibujada una vaca
y su maestra le indicó que debía escribir la palabra con V, porque
semejaban sus cuernos.
Cuando
llegó le llegó el turno al vaso,
Marita preocupada comentó que un vaso
no tenía cuernos. Así es, le respondió la profesora, pero si lo
escribes con B parecerá que tiene babas y ¿a qué da asco?
¡Puag!
Dijo la niña.
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