Cara operación - Marian Muñoz


                                        Resultado de imagen de bote de laca


Contenta y alegre porque su operación había salido bien, Olivia regresaba encantada a casa, tras pasar unos días en el hospital, para recuperarse se alojó más de un mes en una residencia y ya estaba preparada para retomar la normalidad en su vida.
A pesar de cargar con una pequeña maleta, pasó antes por el súper para comprar algo de cena y productos de belleza, tanto tiempo dependiendo de otros para lo imprescindible, había dejado huella de cansancio en su cutis y muchas canas en su cabello, algo que debía remediar cuanto antes.
Mientras caminaba se recreaba con la imagen de estar sentada en su sofá con una copita de vino en la mano y unas ricas lonchas de jamón ibérico en un plato, su tentempié favorito. Abrió nerviosa la puerta del portal, en el ascensor iba buscando con premura la llave para en cuanto saliera al descansillo abrir rápido la puerta y descalzarse, aquellos zapatos eran bonitos, pero también incómodos y tantos días seguidos con ellos le habían hecho mella en sus juanetes.
Sorprendentemente la llave no entraba correctamente, tan sólo un poquito, ni siquiera giraba en la cerradura. Desconcertada, probó con otra parecida, pero tampoco logró su propósito. Cansada como estaba, deseando descalzarse y poder tumbarse en el sofá, no podía hacerlo porque la puñetera llave no se movía. Sentándose en un peldaño de la escalera, cogió su móvil y llamó a su compañía de seguros, tras explicar lo ocurrido le enviaban un cerrajero para ayudarla.
Hora y media moviendo la mano para que la luz del descansillo no se apagara dejándola en penumbra, la dejó agotada. Por fin apareció un hombre, con más pinta de ser profesional de la ganzúa que cerrajero, quien tras pedirle justificación de que esa era su vivienda, en dos segundos abrió la puerta.
Del interior del piso salía el sonido de un televisor a todo volumen. El cerrajero reculó por si había okupas y se repartían bofetadas por la intromisión, aunque quedó a la espera debido a la incipiente curiosidad, advirtiendo a la dueña que fuera precavida, ese tipo de gentes no se andan con chiquitas y pueden ser violentos. Con lo cansada que estaba Olivia, no lo pensó ni un segundo, más bien echó mano de la bolsa del súper sacando un bote de laca que pensaba gastar en peinarse y ponerse guapa al día siguiente, se adentró con él en su hogar como si fuera un arma.
A la par que ella entraba, salían por el pasillo un hombre y una mujer, que al sentir presencia en la puerta, se acercaban para ver que ocurría. En el momento que se tropezaron de frente, Olivia esparció laca en la cara de la pareja, quienes empezaron a chillar, maldiciendo la osadía de la mujer y llamándola loca e insultos más contundentes. La propietaria no hacía más que gritarles que se fueran de su casa, produciéndose todo este jaleo ante los ojos atónitos del cerrajero quien asustado, comenzó a llamar a emergencias.
Al oír el griterío, salió una vecina del piso de enfrente, quien entrando a la carrera consiguió quitar a Olivia el bote de laca, intentando calmarla e interesándose por las lesiones de los okupas. Diez minutos más tarde llegó la policía para aclarar los hechos, poner orden y calmar al personal.
¿Qué había pasado? El cerrajero, testigo directo de los hechos, quedó de piedra cuando se enteró de la verdad.
Olivia al tener conocimiento de su operación y sabiendo que iba a pasar más de un mes en una residencia recuperándose, le preocupaba que al vivir sola quedara su vivienda vacía y a merced de que alguien la ocupara ilegalmente, pidiendo a los vecinos de enfrente que cuidaran del piso e incluso se alojaran en él mientras ella no estuviera. La operación de cataratas fue tan bien, que ahora veía perfectamente, pero el recuerdo que tenía de sus vecinos con visión borrosa no la permitió reconocerles al volver a verlos. La puerta estaba atascada porque la pareja había metido la llave por dentro como método de seguridad, no pudiéndose abrir desde el exterior.
Después de todo el jaleo y tras unos días de reposo de los vecinos al verse afectados por la laca, Olivia para que les perdonara, les pagó dos semanas de vacaciones en un todo incluido en Canarias. Cara le salió la operación.









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