Relax total en el templo Xeo-Hié de Japón, centro milenario de
peregrinación donde cada visitante consigue hallar aquello que
busca, en mi caso paz, paz interior, paz espiritual, los monjes me
invitan a diario a compartir sus rezos, y lo hago, aunque no
entiendo nada, pero la felicidad que derrochan y la armonía que he
conseguido en la contemplación del nítido reflejo de la pagoda en
el pequeño estanque, tan sólo enturbiado por el nenúfar
que habita su centro, ha conseguido que olvide durante unos días
el sumario del caso
Pompeyus, que tantos sinsabores me ha ocasionado gracias a la
publicidad dada por los medios de comunicación.
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario