Disfrutar de la lluvia - Esperanza Tirado


                                         


Después de que el primer rayo haya iluminado el cielo, -siempre que sea de noche, obviamente-, esperen unos segundos. Si es de día, espere también, pero el espectáculo será menos espectacular, perdonen ustedes la redundancia.
Las nubes se concentrarán, grises y gordas, dispuestas para hacer su parte, esperando como una vaca espera con sus ubres llenas a ser ordeñada.
El viento las empujará y hará caer alguna hoja de los árboles. Si esto ocurre en campo abierto, no habrá hojas caídas.
Tras varios rayos luminosos y algunos truenos ensordecedores, empezarán a caer las primeras gotas sobre la tierra. Al principio serán despaciosas y gordas, separadas y calientes. A continuación se irán uniendo, hasta formar un coro bien sincronizado, metálico, tal vez algo frío, pero cargado de vida.
Al terminar su canción, de la tierra surgirá un aroma intenso, que se meterá por nuestros poros, limpiando nuestros sentidos. El disfrute será máximo. Sus efectos secundarios son muy recomendables.

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