Jugando a las adivinanzas. Rufino García Álvarez


 
El viudo, Conde Posada

recibió una invitación

para una fiesta privada

que el sábado organizaba

la Marquesa en su mansión.



El Conde llega el postrero

y a la marquesa ha besado.

Bienvenido caballero”

¡Sebastián! coja el sombrero

que el Sr. Conde ha llegado.



Pasa al comedor privado

y no hay rastro de varones,

por el futbol le han dejado

con las cotorras tirado

y piensa ¡Serán cabrones!



En una esquina evadido

escucha que alguna dijo:

esto está muy aburrido

así que se me ha ocurrido

poneros un acertijo:



y pensando en una yegua

les dice de esta manera



Grande la tengo

más la quisiera

que entre las piernas

no me cupiera”



¿A ver quién me la adivina?

¿Cuca, Mimi, Mona, Goya?

y de forma repentina

el Conde grita en la esquina

¡Eso va ser una polla!



Las damas ruborizadas

le recriminan al Conde.

Unas escandalizadas,

las otras gritan airadas:

¡Pero habrase visto dónde!



La marquesa grita ¡Muero!

pálida como la escarcha

¡Eso ha sido muy grosero!

¡Sebastián! traiga el sombrero

que el Sr. Conde se marcha.



El conde algo aturdido

se deshace en mil perdones,

dice que está arrepentido

de estar tan embrutecido.

La marquesa entra en razones.



Pensando en hilo y aguja,

grita Mimi, tengo una…

Confío que ningún granuja,

dice con cara de bruja,

vuelva a tentar la fortuna.



Con la punta apunta

con el culo aprieta

y con lo que cuelga

tapa bien la grieta”



El conde que estaba ido

sobre la mesa se apoya

y con tono decidido

exclama muy convencido

¡Ahora si que es una polla!”



Con un gesto muy severo

la marquesa se recobra

y exclama de un modo fiero:

¡Sebastián! traiga el sombrero

que el Sr. Conde aquí sobra”.



El pobre Conde humillado

tiene ganas de morirse.

No quiere ser expulsado

y afirma ruborizado

que promete corregirse.



La marquesa enfurecida:

Sr. Conde eso lo dudo.

Osadía tan repetida

no la había visto en mi vida.

Le perdono porque es viudo.”



Después de la jugarreta,

y roja como un tomate,

ella empieza otra historieta

pensando en una galleta

mojada en el chocolate



entra dura y desafiante

sale floja y chorreante”



Tengo que ser muy sincero,

esa rima es una joya,

pero si callo, me muero.

¡Sebastián!, tráeme el sombrero

¡Por mi madre que es la polla!”







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