Soy
una anciana que no tiene recuerdos, una joven que mira el pasado ,una
niña que sueña con un futuro, pero todas ellas están dentro de la
mujer que vive el presente.
Salimos
a pasear todas juntas, a veces la niña observa la luna, esa luna
majestuosa de la noche de san Juan, plateada y cercana y sueña con
poder alcanzarla y patinar sobre esa redonda pista de hielo. La
anciana suelta una lágrima, acaba de perder otro recuerdo, la joven
sin embargo hurga su pasado y saca un corazón partido de su bolso
ajado.. La mujer pestañea y hace volver al presente a todas ellas
que son una, pisa segura, sonríe a la luna, ventila sus recuerdos y
limpia sus lágrimas.
Una
hoguera en Luanco quema el coche de Fernando Alonso, una orquesta
ameniza la grata velada. El orujo calienta la garganta y los bailes
calientan los pies, mis primas me arropan el alma y esa mujer que soy
yo vive el presente, sonríe a la noche aunque no tarda en salir la
niña, esta vez enfadada porque un camarero despistado me retira la
cerveza. Cohetes, fuegos artificiales ricos en ilusión y pobres en
contenido. La anciana recuerda que tiene un recuerdo, aún no ha
llegado su momento de salir a la luz, aún no es su presente. La niña
tiene sueño y la mujer que soy la arropa.
Cada
día es un nuevo día, distinto al que ayer ha sido, los recuerdos
son para guardarlos. El futuro sigue siendo un bonito sueño. Si en
el presente hay algo que no me gusta, buscaré y contaré cuantas
cosas hay que si me gustan, si cuento más de diez, es que no es tan
malo el presente. Una, mi hija, dos, los padres que me dieron vida,
tres el único hermano que tengo, que si ve con los ojos del alma,
puede ver muchísimos colores. Cuatro, mi sobrino que es un amor,
cinco, mi madrina, que la quiero mucho, seis todos mis
primos, sin excepción, hasta el que hace poco se ha ido, siete mis
grandes amigos y amigas, esos que saben contar y cuentan
conmigo, ocho mi perrito, que con sólo su mirada, sé que me
adora, nueve mi gran pasión, el teatro, diez mi brazo
derecho que su dolor, me recuerda que estéticamente está mejor
donde está y debería contar hasta once si te incluyo a ti.
Contaré once aún sin ti. Hay más de diez razones para pensar
en positivo, suficientes.
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