Óxido ya en la reja, que silente
e impasible, resiste los desprecios
a los muros caídos, antes recios,
al transistor y al vino, de la gente.
Nadie evoca su brillo refulgente,
que el navegar al viento, tornó en pecios.
Bajo la herrumbre, ignoran, pobres necios,
cualquier tiempo pasado, aun es presente.
Aquí palpitan juntos, hoy y ayer,
testimonio de lustres ya olvidados,
dando vida, de nuevo, a vuestro ser.
Los elogios que os han sido negados,
retornaréis, de nuevo, a recoger,
por Nel Hanau, ya siempre, eternizados..Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.
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