Todavía era casi una niña, con aquel vestido blanco impoluto y sus
largas trenzas. Su mirada desafiante fue lo que me hizo acercarme y
presentarme. Ella me ignoró. Más bien, fue su madre la que me
rechazó, indignada. Y a ella la castigó sin salir a la calle.
Pasé varias, miles de veces, cerca de su portal, esperando ver
siquiera una sombra asomada a una de las ventanas de su mansión.
Pero no tenía esperanzas. A un simple labriego llegado a la ciudad
no le estaba permitido el amar a una estrella del cielo.
Aún así, te sueño donde estés.
Relato basado en la canción: Contigo En La Distancia - César Portillo De La Luz
https://www.youtube.com/watch?v=dZ8z5dCzgJY
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