A modo de crónica - Pilar Murillo

                                       



Podría escribir una historia inventada, algo gracioso, pero por llevar la contraria o porque me ha llamado la atención contaré algo verídico, sin muchos datos pero a modo de crónica. La noticia es reciente pero la voy a contar tal y como la siento.
Ni un murmullo. Silencio total.
Está dormida, está vacía de aire. Podría ser peor, le podrían haber dejado el cuerpo como un colador o haberla troceado y guardado en bolsas de basura.
Una mujer joven, tan guapa como ella, no se merecía acabar así. Nadie se lo merece, la verdad.
Pero ella está dormida para siempre. Ni siquiera recuerdo su nombre pero sí su cara en momentos felices.
La noticia fue impactante. Una bolsa de plástico le cubría la cabeza y así expiró su último aliento.
Horas antes salía de trabajar y como tantas otras veces utilizaba un transporte público. Ese día se subió al taxi equivocado. Un falso taxi, con un impostor por conductor y quizás también su asesino. Y la joven perdió la vida a una hora de distancia de una gran ciudad, de un país sin ley. ¿Qué importa ya el pañuelo impregnado en lágrimas de la madre de la joven? La familia había puesto el dinero en bandeja, y aún así la dejaron tirada en una zona apartada, igual que un gato muerto dentro de una bolsa.
La policía corrupta, las mujeres asesinadas con sus cuerpos mutilados, personas extranjeras secuestradas, narcotraficantes, corrupción en un país verdaderamente hermoso pero que necesita cambiar el pañal, ya huele demasiado mal. Un país donde secuestran a tres personas cada hora, a plena luz del día, sin que nadie haga nada. Un país donde la gente pobre intenta colarse en el país vecino, muchos mueren asfixiados en cualquier camión olvidado en medio del desierto. ¿Quién le pone freno a tanta miseria y corrupción? No se sabe si será peor el remedio que la enfermedad mientras la lucha del poder sea a cualquier precio, mientras tiranos gobiernen sin importarles lo más mínimo el estado de sus conciudadanos. La arruga se la vamos a poner a nuestro ceño fruncido como forma de protesta ante tanta barbarie, porque los humanos es lo que somos, unos bárbaros, sin escrúpulos amantes de lo ajeno.






Licencia de Creative Commons

Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.

No hay comentarios:

Publicar un comentario