Era la hora mágica
cuando la muñeca Mari abrió los ojos, se desperezó, miró a su alrededor y no entendía
nada. ¿Qué hacía en un lugar tan sombrío, con la única iluminación del
reflejo de la luna que entraba por la ventanita? Su último recuerdo
era el de estar sentada en una repisa junto a otros juguetes, ¿Y
ahora? ¿Estaba sola? Comenzó a llorar desconsoladamente. De pronto
escuchó una vocecilla que le preguntaba:
_ ¿Por qué lloras?
_ ¿Quien eres?, -Le
dijo Mari suspirando-
_ Soy Play móvil.
_¿También te han
abandonado a ti?
_ Es ley de vida,
querida.
_ ¿Quién osa a
despertarme a estas horas? – Gritó un pirata mal encarado que
salía del interior de un libro caído en el suelo
_ ¿Quién es? ¿Otro
juguete? Preguntó la muñeca.
Play móvil le explicó
que aquel personaje era Silver, un pirata salido del libro “La
Isla del tesoro”, algo cascarrabias y mal humorado, pero para ser
sinceros todo eso era fachada. Este pirata tenía más bien poco del
que todos conocen por el cuento. Algo pícaro sí que era aunque en
el fondo era un bonachón.
_No oses confundirme
con algo tan vulgar como vosotros, vulgares juguetes. Yo tengo mucha
más cultura. (dijo el pirata y luego echó un trago de una jarra
y se puso a cantar una canción de piratas )” ron, ron, la
botella de ron.” ( y terminó riéndose)
_El alcohol no es
bueno. Tendrás perdidas de memoria. Le dijo la muñeca con tono
resabiado.
_ Esto... ¿Qué
estaba diciendo yo?, Ah, sí, estaba buscando una receta decocina. (Refunfuñó el pirata)
_No, Silver, cantabas
una canción de piratas. (Le dijo Play móvil)
_Es cierto. Soy un
pirata y odio… odio a Peter Pan... Después de una pequeña
pausa y una mirada de desaprobación de Play se da cuenta de que no
es el capitán Garfio.
Y
comenzó a pensar en quien podría ser, de dónde procedía y dónde
vivía. Estaba claro que no habitaba bajo un puente porque sus ropas
estaban secas y limpias. Bueno no olía a rosas, pero estaba pasable.
Olía a sardinas así que era evidente que vivía en un puerto
marinero.
La muñeca se interesó
muchísimo por aquel pirata que se presentó refunfuñón y ahora
estaba como perdido. Play la tranquilizó explicándole que no se
preocupase tanto, que Silver tenía de vez en cuando pérdidas de
memoria o era lento en sus pensamientos, pero que enseguida se
recuperaba y procesaba perfectamente su memoria y entonces daba mucho
miedo.
Los tres deliberaron
sobre su situación. Para pasar el rato decidieron contarse cuentos.
Silver que comenzaba a recobrar la memoria o más bien la imaginación
quiso comenzar él:
_Esto empieza en una
noche de tormenta. El mar estaba embravecido. Habíamos abordado un
barco inglés cargado de monedas de oro; bueno, resultaron ser de
chocolate, pero estaban muy buenas. A mí me encanta el chocolate.
Está tan rico...”
_ Y a mí. Dijo la
muñeca Mary
_ ¡Toma, y a mí!
Palmeó muy contento Play
Silver con una leve
cara de enfado por la interrupción les gritó:
_ ¡Prosigo!... A los
soldados ingleses los lanzamos al mar. Nadaban más rápidos...
_ ¿Cómo de rápidos?
Preguntó Play
_ Como un banco de
delfines buscando sardinas. Contestó el pirata. Prosigo.
Llegada la noche, algo chocó contra nuestra embarcación. Era una
ballena, una gran ballena blanca....
_ ¿ Moby Dick? (preguntó Play) Vamos Silver!, ¿quién se va a creer eso? Estás
mezclando los cuentos...
_ Pueden ustedes
llamarme Ismael ( dice Silver y continua narrando) La
ballena blanca nos hundió la goleta, o sea, el barco. Yo nadaba de
espaldas y de pronto una boca muy grande y llena de dientes estaba
ante mí. La boca de la ballena me tragó y pasé a su estomago; allí
estaban todos los ingleses, que también se los había zampado. Ellos
al verme intentaron reducirme.
_¿De tamaño? (Le
dice la muñeca Mari muy risueña)
_No. Intentaban
cogerme, aprisionarme, pero los convencí para que no me mataran; total ,ya
estábamos perdidos... De no hallar pronto una solución, la ballena haría su digestión y
todos desapareceríamos. Me hicieron caso, alguien tenía unos fósforos, o sea
,cerillas para hacer una fogata.
_¡Qué romántico!
Solo falta que alguien toque el violín. Dice Mary con un gesto de
manos entrelazadas .Play hace el amago de tocar el violín
pero Silver lo mira con ojos de desaprobación y continuó
relatando...
_ Hicimos el fuego y a
la ballena le entraron ganas de...
_ De hacer pipí. (Se
apresuró Mary)
_ No. De...
_¿De hacer popó?
Interrumpió Play
_ No, de estornudar.
Fuimos todos proyectados por su orificio de respiración y
caímos en una isla. La
isla del tesoro. Concluyó el Pirata Silver.
_ ¿Ya está? Preguntó
con cara de decepción Mary
y le responde muy
contento Silver.:
_ Sí. ¿A que molan
las historias de piratas?
_ Es la historia de
piratas más mal contada que jamás he oído.
_Puedo ser aun más
malo. Replicó Silver malhumorado. Comenzó a relatarles una
pequeña historia de rencor.
_Erase una vez
unos muñecos tan aburridos que sus dueños se olvidaron de que
existían y los trasladaron al desván donde se aburrirían día tras
día, donde nadie los volvería a ver jamás..
A lo que le contesta
Play....
_Erase una vez un
cuento de aventuras muy bien escrito pero que nadie leía. Y que por
ello el Pirata Silver se olvidaba de quien era, ni siquiera buscaba
un tesoro que todos los piratas lo hacen.
Mary, más conciliadora
dijo.
_ Bueno yo creo que
nosotros en sí ya somos un tesoro y en este tiempo que llevo aquí
he aprendido que somos muy valiosos.
Ellos la escucharon
con admiración cuando contó su maravillosa idea. Irían a la casa
de los niños vecinos para que los conociesen y así seguir
existiendo. Silver podía portar su propio libro de la Isla del
tesoro, donde sus aventuras serian mejor contadas al aparecer
descritos aquellos piratas que realmente daban miedo. Se escaparían
todas las noches de cada casa para estar al día siguiente en otra
nueva. Era toda una aventura de verdad.
_ Vamos, busquemos a
niños que quieran leer. Ilusionado dijo Play
_ Y que quieran jugar a
piratas... y a tomar el té. Vamos, grumete hay que arriar las
velas. Gritó Silver, mientras cogía su libro de bolsillo entre
sus manos. Los tres se despidieron del desván con la mirada. La
muñeca suspiró y los tres se deslizaron por la claraboya en busca
de aventuras.
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