Asturias es en nuestras vidas un regalo del cielo. Una naturaleza virgen, salvaje y auténtica nos arropa y nos deleita. En su diversidad goza de mar y montaña, de nada le falta.
En la zona central asturiana existe un pueblo marinero que conserva toda su pureza y su historia. Tazones.
Es desde 1991 Patrimonio Histórico Artístico.
No está claro el origen de su nombre. Parece ser que cuando el Emperador Carlos I de España y V de Alemania pisó por primera vez la tierra de nuestra patria, en 1517, lo hizo en este lugar. Sus gentes acogedoras y afables le obsequiaron con enormes tazas de leche.
Y así quedó bautizado.
Guarda la esencia de nuestras aldeas con sus hórreos y fachadas de vistosos colores en sus caseríos que se alinean a ambos lados de las peñas formando una concha abierta al mar.
Te eleva en gozo y disfrute de la vida cotidiana el paseo por el muelle y el espigón perdiendo la mirada en el horizonte que une el cielo y la tierra de agua, ensanchando la respiración con el perfume salino y de ocle. Perderse en sus callejuelas empedradas descubriendo rincones mágicos y misteriosos. Degustar la riqueza marina que bendice la mesa, el pescado, el marisco, la sidra y el vino.
¡¡Tanta riqueza, tanta verdad!!
Sentir el fluir de la vida amable, sin disfraz, sin trampa ni cartón.
Y así discurre el trabajo, el ocio, toda la existencia bajo la luz genuina de este paraíso.
Todos nos alegramos cuando supimos que Tazones había sido elegido para rodar en sus calles y lugares el anuncio de la lotería de la navidad de este año.
¡Qué lejos estábamos de sospechar siquiera la mentira que se iba a sembrar!
Ahí nos presentan a doña Carmina, abuela que vive en el pueblo, maestra jubilada que es válida para todos sus quehaceres y asuntos aunque nos sugieren que padece una demencia incipiente que le provoca algún despiste en su cotidianidad.
Tal sucede en consecuencia que nuestra Carmina llega a creer que un décimo de lotería que ella ha comprado, ha salido agraciado con el Premio Gordo.
Lo celebra con saltos de alegría y contándole a todo el mundo la noticia jubilosa.
Todos saben que tal suceso no puede ser.¡ La lotería aún no se ha jugado es el día 22 y estamos a 21! .
Y sin pensarlo dos veces, de forma espontáneamente automática, todas las personas que saben la verdad, la ocultan, callan, celebran lo inexistente.
Su nieto, su hijo, Puri, el dueño y los clientes del Bar Casa Iris, la peluquera, el lotero, las campanas de la iglesia que suenan con entusiasmo, hasta se improvisa una grabación con la cámara de unos jóvenes cuando Carmina extrañada pregunta “¿Dónde está la televisión?”.
Los marineros del puerto, los pescadores del barco pitan largo y de seguido con las sirenas de su motor.
Todo el pueblo en algarabía, todos en manifestación y se dirigen al faro para celebrar la ocasión.
Aparece la guardia civil de tráfico en dos de sus motos potentes y todos los participantes les miran preocupados. Más ellos no son capaces, emocionados, de deshacer el evento
La mentira piadosa sigue su curso.
Ya en el café del faro, el hijo de Carmina agobiado por la situación decide acercarse a su madre y contarle la realidad.
-“ Mamá tengo que decirte una cosa”.
-Si ya sé lo que vas a decir.
-¿Ah sí?
Y Carmina con gran emoción que apenas puede reprimir el sollozo, le dice:
-Pero a una madre hay que hacerle caso siempre y yo soy más feliz siendo esto para vosotros.
Y le entrega el décimo.
Madre e hijo se funden en un emocionado abrazo que sostiene la mentira.
Nunca supimos lo que pasó después ni las consecuencias que hubo.
La diferencia de una mentira y una mentira piadosa es la intención que la produce.
Pero en ambas la persona puede sentirse engañada a nivel emocional y estafada cuando descubra la verdad.
“Porque nada hay oculto, que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de ser conocido, y de salir a luz.”
Siento en lo más hondo de mi corazón y mi honestidad que es preferible herir con la verdad pues la mentira tiene las patas cortas y hiere más el engaño.
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