Un detective,
siete pasajeros, un piloto, un copiloto asesinado y una única mujer,
la azafata con sus uñas afiladas como un felino. El avión cerró
sus puertas hasta que se resolviera el caso. La huella de un zapato
de tacón del número treinta y seis sobre un taburete indicó el
lugar. Al subirse a él, el detective vio escondida la lima de uñas
metálica manchada con gotas de sangre. Crimen resuelto.
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