Se presentó sonriente, con un ramo de margaritas en la mano. Las flores eran pequeñas, de esas que crecen en los prados, anunciando la llegada de la primavera. Era vegano, naturalista, nudista, ecologista, idealista, lo sabía. Pero en ese momento me pregunté qué iba a ser de mi vida a su lado y solo me salió la palabra cansancio. Cansancio de ir caminando a todos sitios, el coche contamina. Cansancio de elegir comidas ecológicas, sin pesticidas, sin gluten, sin lactosa, sin nada. Cansancio de vivir en una casa con cojines en el suelo y cuatro estanterías. Cansancio de estar buscando continuamente los gestos y las palabras adecuadas para no meter la pata. Le di la espalda sin decir nada, cogí el coche y pisé fuerte el acelerador. Estuve conduciendo largo rato, hasta llegar a una cafetería con vistas al mar. Aparqué, tomé una Margarita deliciosa y respiré hondo. La brisa marina llevaba escrita la palabra Libertad.
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario