Me
sobraban unos pocos quilos, así que por eso lo del régimen...¿qué
cuántos?...¿A ti qué te importa?... No, tía, no me mosqueo, es
que creo que no tiene nada que ver con lo que te quiero contar.
¿Acaso te pregunto yo cuántos te sobran a ti?... ¿Qué no? Tú no
te miraste bien, rica. Bueno, vale, menos que a mí, lo reconozco,
pero alguno te sobra ¿o no?...pues eso.
Como
te iba diciendo entré en una clínica de esas de dietas para hacer
las cosas bien porque a mi manera no bajaba nada y me mandaron hacer
unos análisis, unas radiografías, la prueba de la gripe A de la D y
no sé cuántas cosas más...trescientos euros me calcaron… sí,
sí, trescientos, no te exagero nada. Pues el problema fue que tenía
colesterol, triginosequé y un montón de azúcar. Quedé planchada
porque yo nunca había tenido nada. Bueno, tampoco me había hecho
nunca un análisis de sangre, pero lo que te digo, tía, que es mejor
no ir al médico, que en cuanto te miran ¡pumba! siempre te
encuentran algo. Pues verás, por culpa de eso me quitaron el queso,
el chorizo, la morcilla, la fabada, los pasteles, las pizzas, el
chocolate, las hamburguesas, las patatas fritas, el kechup, todos los
precocinados... ¿Qué qué comía entonces? Porquerías, porque de
otra manera no se las puede nombrar. Verdura, mucha verdura, y fruta
y carne y pescado a la plancha y un montón de botes de no sé qué
por los que me cobraron otros doscientos euros. Que mira, en ese
momento pensé que si fuera tan fácil perder los quilos como los
euros cuanto más felices seríamos. ¿Y cuál fue el problema? Pues
que a mí la verdura y la fruta me dan gases. Sí, así como lo oyes.
Es comer una ensalada o una pera por poner un ejemplo y empezar a
retorcerse las tripas y a tener que apretar ahí, bueno ya me
entiendes, y corriendo al water a soltar como si tuviera dentro una
traca de fuegos artificiales. Es que si lo piensas es normal, sino
mira a las vacas todo el día comiendo hierba y después sueltan unos
pedos que hasta los científicos dicen que ellas tienen mucha culpa
del agujero ese de la capa de ozono. En cambio un león, dime tú
cuándo sentiste tirar pedos a león. ...Que tampoco los sentiste a
las vacas...porque no eres de pueblo, tu no conociste a las vacas de
mi abuelo, eso era tremendo, pero el tío, o sea mi abuelo, decía
que eso era salud. Pues a lo que iba, que voy al médico ese que me
saca los cuartos y le digo que no, que yo de verduras y fruta nada,
que me dé otra cosa. Y él emperrado en que esa era la dieta
adecuada y no hubo quién lo bajara del burro... ¿Qué qué hice?
Pues un día me atiborré de fruta y de verdura y cuando ya sentí
eso recociendo por dentro fui corriendo a la consulta y allí mismo
le solté todo lo que tenía dentro. Con decirte que acabó saliendo
de la sala y tuve que ir corriendo detrás de él para que me
cambiara la dieta... ¿Qué si me la cambió? Claro que sí, y hasta
me dio la razón. Pero entonces me metió más botes y me mandó
comer cosas con omega 3, oligoalgo, nosequé activos, antioxidantes y
no sé cuántas burradas más. Pero nada tía, que no bajaba nada. Me
habló de ir al gimnasio, pero solo con oír esa palabra ya me canso
y la mirada que le eché lo acojonó un poco. Es que, desde lo de
eso, lo del pedorreo, como que no se atrevía a decirme nada. Si
hasta le daba miedo decirme lo que peso, porque en la primera
revisión había engordado dos quilos con tanto verdura y tanta
tontería y le monté un pollo, bueno tú ya me conoces y sabes cómo
me pongo cuando me toman el pelo. Con decirte que salí de allí con
quince botes de esos gratis te lo digo todo... ¿Correr? Sí, también
me lo dijo, pero es que tía, al correr se suda mucho y a mi eso me
da mucho asco y además me canso y me duelen los pies. Y encima el
tiempo que se echa, que igual pierdo algún capítulo de alguna serie
y después me da mucha rabia cuando habláis de algo que yo no sé.
Mira, lo que hice fue comprar una crema para la celulitis, que igual
si me la echo todos los días y tal, pues digo yo que la celulitis
pesará algo ¿no? Lo malo es que me da mucha pereza echarla, porque
tienes que estar ahí restregando y restregando y venga a restregar.
Pero lo peor de todo es que por culpa de la dieta, de tanto comer
fruta y verdura, me entró una cagalera como no había tenido nunca
en mi vida. Quince días seguidos estuve echando como si fuera
sidra... ¿Qué qué me dijo el médico? Pues tuvo que ir mi madre a
hablar con él porque yo no podía salir de casa. Y a dieta blanda
estuve casi un mes. Que yo no sé porqué lo llaman dieta blanda si
es para poner eso duro. ¿El qué? Pues que va a ser, pareces tonta,
si te digo que cagaba sidra lo que tenía que poner duro era la
mierda ¿entiendes?... Que soy muy basta...mira quién fue a hablar.
Pero no te preocupes que si quiero también puedo ser fina. “Es que
como tenía diarrea me recomendaron dieta blanda para que se me
pusiera dura esa cosa que empieza igual que un día de la semana y
acaba con da” ¿Te parece mejor así?... No, si no me enfado, pero
es que hoy estás un poco así, tocándome las arterias... ¿Qué si
bajé algo con todo eso? Sí, tía, con la cagalera bajé cinco
quilos. Mira tú, comiendo toda esa porquería que me mandaba cogía
quilos y en cambio con la cagalera perdí cinco, aunque enseguida los
recuperé, en cuanto empecé a comer. Y eso que ahora me cuido ¿eh?,
pero eso sí, a mi manera. Ya no como la morcilla de la fabada y
cuando vamos a McDonal no pido patatas fritas y de chocolate solo
como la mitad de la tableta y todo así. Además ya camino un poco.
mira ahora te dejo que tengo que coger el autobús que para allí
enfrente, así hago un poco de ejercicio. ¿Y de lo demás? Nada, ya
no tomo nada. Mira, si quieres tú bajar esos quilos que te sobran te
regalo los botes que me dieron... ¿Qué tú no los necesitas? Mírate
bien, anda, mírate bien en el espejo de ese escaparate... ¿Qué soy
una petarda? Pues anda que tú, petarda y gorda. ¿Y yo más gorda? A
mucha honra, pero por lo menos ya no me tiro pedos, no como tú que
ya llevas tres desde que estamos hablando... ¿Qué tu no? Anda y que
te den, pedorra, gorda, estúpida...¿Ves? Por tu culpa ya perdí el
autobús y tengo que coger un taxi... ¿Qué vivo cerca? ¿Tú llamas
cerca a subir toda esta calle, cuesta arriba y después torcer a la
derecha y bajar por lo menos cincuenta metros metros? No, si además
de pedorra, gorda y estúpida pareces tonta. Adiós ¡qué te den!
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario