Cerrando puertas - Esperanza Tirado

                                        


No debería estar conduciendo. No en este estado de nervios. No después de otra estúpida discusión.
 Pero no lo puede evitar. Ir en coche le relaja. Coge el volante y no piensa en el mundo exterior. Se olvida del trabajo, de los problemas, del gobierno... Se olvida de ella que siempre le pone los nervios de punta.
La retahíla siempre sube de nivel. Y él acaba la discusión abriendo una puerta y cerrando otra.
Deshojando la margarita mientras conduce, piensa en si tal vez debería cerrar esa puerta definitivamente y abrir ventanas hacia otra dirección. Lejos de ella y de sus inesperados arrebatos.







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1 comentario:

  1. Hay veces que está justificado pensar en abrir otras puertas. Hay personas que se relajan conduciendo, a mí me sucede lo contrario. Qué complejos y diversos somos los humanos.
    Un abrazo, Esperanza

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