Corta carrera - Marian Muñoz


                                             Resultado de imagen de chicas en pista de ateletismo

Sabía que el deporte no era lo mío, como dicen que es algo bueno, había que intentarlo. Más la intención no salió como esperaba, aunque todo aquel asunto fue muy extraño, ya sé que no te estás enterando de nada, pero espera, que ahora mismo te lo voy a contar.
Me encontraba un día tan tranquila en el parque, sentada al sol leyendo el libro que me prestaste. Para un rato de asueto que tenía aquella tarde, me pareció una idea estupenda leer al calor primaveral. En el recinto circulaba mucha gente disfrutando como yo, unos paseando, otros sentados mientras charlaban con un acompañante, niños corriendo y también mayores en la pista finlandesa. Un trozo de ella pasaba cerca de mi banco y al levantar la vista del libro y fijarme en un grupo de corredoras, veo en él a Tania. Miro y remiro, claro, porque parecía tan raro verla hacer deporte, que la vuelvo a buscar con la mirada, sin lograrlo. Al poco rato retomo la búsqueda y sí que la veo corriendo con otras mujeres al lado, ninguna estaba charlando, al contrario, iban muy concentradas con la vista hacia adelante.
Que Tania hiciera deporte era algo muy singular, porque es de las que fuma, bebe y trasnocha, nada relacionado con una actividad al aire libre. Me fijo aún más para ver al grupo y compruebo que en la cabeza, corriendo con mucho estilo, iba un hombre. Él si parecía un atleta, su zancada era precisa, el movimiento de brazos coordinado con el de sus piernas y su respiración no era agitada como la de las mujeres que le seguían. Cuando salieron por la puerta del parque en dirección al polideportivo, fui detrás ya que me había picado la curiosidad.
Al llegar a la cancha de baloncesto, veo a una veintena de féminas haciendo estiramientos, en silencio, copiaban los movimientos de aquel hombre que encabezaba el grupo del parque. No pude evitar observarle, era un tío guapo, un adonis de ébano, alto, con el pelo rapado al uno como ahora se trae, dientes blancos y perfectos, a través de su ropa deportiva se insinuaba un cuerpo musculado. Sus movimientos rítmicos y acompasados lograban sincronizar con las mujeres, y sobre todo con mi amiga Tania, que no lo hacía nada mal. Nadie hablaba, ni él ni ellas, les indicaba los ejercicios sólo con sus ademanes y sus estiramientos. Al terminar, él se adentró en el edificio y ellas detrás, ahora sí en animada charla.
Esperé un rato a que saliera mi amiga, y unos veinte minutos después la llamo al aparecer por la puerta encendiendo un cigarrillo. Le pregunto cómo le ha dado por correr y me responde que está encantada, lo bien que le sienta y lo chachi que es el monitor, que todas intentan un acercamiento, pero es tan tímido que ni se atreve a hablar. Me insinúa que me apunte al grupo, pero declino su invitación porque lo mío es más caminar que correr. Y ahí quedó la cosa.
Pero esa misma noche mientras dormía, mi Juanín me puso la rodilla en el culo y me despertó. Ganas tenía de devolvérsela pero como sé que madruga más que yo para ir al trabajo, me aguanté. Al estar desvelada, decidí levantarme y tumbada en el sofá miraba la tele un rato, sin sonido, para que al sentir aburrimiento me entrase el sueño, es algo que funciona muy bien, has de probarlo. Pero en dicha ocasión apenas llegó el muermo, porque recorriendo los canales uno tras otro, vi aparecer, en el que suelen poner porno, al monitor de Tania.
El plano de la imagen era lo suficientemente cercano para admirar su brillante y desnudo cuerpo musculado, al acercarse sensualmente a una tipa rubia paliducha, se dispone a ….. ¡Aaayyy dios santo! Pero que bien dotado esta el canalla, bueno más bien superdotado, porque aquello era…. ¡No me quiero ni acordar! Apagué la tele a la carrera y me acosté, no sabía si despertar a mi churri o dejarle dormir. Al final le dejé y pasé el resto de la noche soñando con él, con mi churri no, con el negro. El sueño debió ser tan satisfactorio que por la mañana no oí el despertador y llegué tarde al trabajo, no me importó, porque me levanté de un satisfecho que no veas.
Durante el resto del día me olvidé del monitor, pero de noche en la cama, el pesado de mi marido me dio una patada en mi pie, despertándome otra vez. Vuelta a la izquierda, vuelta a la derecha, boca arriba, nada, otra noche en blanco. No sé cómo, me acuerdo del corredor negro. Busco el canal para ver si le pillo, pero ya no estaba, ahora aparecía un tío fondón haciendo guarradas. Me aburro tanto que en cuanto se me cierran los ojos, me acuesto, y me pongo a soñar con el tío bueno. No recuerdo el qué, pero me despierto justo cuando me estaba besando, al abrir los ojos veo a Pluto, mi perro, lamiéndome porque sonaba la alarma del reloj.
Ese mismo día mi cabeza comienza a dar vueltas al asunto, lo de soñar con él ¿significará que debo apuntarme a correr? Sabía que aquella tarde Tania tenía entrenamiento, y me acerqué hasta el polideportivo con la intención de hablar con el monitor, preguntarle si había alguna plaza libre en su grupo y de paso ligar un poco. En la cancha de baloncesto ya estaban congregadas las corredoras de la otra tarde, ninguna hablaba, todas expectantes le miraban. Tomé la iniciativa y me acerqué a él, ¡qué guapo es el condenado!, ya cerca aspiro su perfume que huele muy bien, me fijo en sus ojos y ¡anda, tiene uno de cada color!, padece Heterocromía, Uy que bien, es hetero, genial, pienso para mí. Le extiendo la mano para saludar y me la coge con dulzura. Con mi mejor voz melodiosa le pregunto por una plaza en su grupo, que estoy interesada en correr y esas cosas, dedicándole la mejor de mis miradas. A continuación él me contesta tartamudeando con acento extranjero, tal fue el chasco, que apurada respondí: “Me lo pensaré, aunque soy más de caminar que de correr” y huí del lugar a la carrera, porque no entendí ni papa.
Que quieres que te diga, al menos con mi churri puedo conversar.







Licencia de Creative Commons

Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.

No hay comentarios:

Publicar un comentario