Mi
master en biología marina estaba resultando interesante, pero en
ocasiones un poco tedioso, sobre todo cuando algún conferenciante
nos soltaba su perorata interminable durante horas. Hasta el día en
que vimos entrar en el aula a un enano
todo trajeado. Era Don Oswaldo Alfredo Cantero Ronchales, prestigioso
biólogo marino venezolano, que venía a hablarnos de los tiburones.
Pero
no de cualquier tiburón, sino del tiburón enano, como él. Nos
pasamos la clase a carcajada limpia, no nos enteramos de nada. Él ni
se inmutó. Además de enano era sordo
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