Silvia
y Juan se habían conocido desde el mismo día que nacieron sus
padres eran íntimos amigos desde hacía mucho tiempo. Silvia era una
niña del estilo de las muñecas de porcelana, de ojos azul cielo,
pelo rubio y una piel fina que parecía de porcelana, su padre se
llama Matías un hombre de negocios que había conseguido fortuna en
los astilleros de la vieja Asturias, la madre de Silvia se llama Ana
una mujer que en sus tiempo más jóvenes había sido modelo en su
tierra del argentina. La madre de Silvia venido a España cuando su
carrera como modelo empezó a flaquear y ya no ganaba tanto dinero
como ganaba siendo modelo. El día de Covadonga un 8 de septiembre
Matías había salido a celebrar un gran negocio que había hecho con
unos alemanes y gracias a ello había conocido una gran fortuna, Ana
había salido con unas amigas a cenar para celebrar las fiestas y por
un encuentro por obra del destino se encontraron y desde ese día sus
corazón se unieron para siempre, al poco tiempo de noviazgo se
casaron y de ese amor nació Silvia.
El
padre de Juan se llama Pelayo, Pelayo por el contrario al padre de
Silvia trabajaba en la construcción era obrero que trabajaba en una
de las empresas de padre de Matías, la madre de Juan se llama
Covadonga una mujer de Aldea que toda su vida vivió y se crio entre
ganado porque sus padres eran ganaderos del poblado de Ayer.
Covadonga estaba educada al modo antiguo como si madre y su abuela.
Un 13 de agosto coincidieron en bar y como si fuera un flechazo se
enamoraron los dos perdidamente, se casaron también al poco tiempo y
tuvieron a Juan.
Silvia
y Juan estudiaron en el mismo colegio desde la guardería hasta el
instituto y se hicieron muy amigos y fue gracias a esa amistad las
dos familias de hicieron muy amigos. Silvia cuando creció y cumplió
la edad para ir al instituto decidió estudiar humanidades y por obra
del capricho del destino se encontró con Juan y su amistad creció
pero cuando acabo el tiempo de la adolescencia Silvia decidió
estudiar en Salamá arquitectura y Juan por el contrario se fue a
Madrid para estudiar medicina. Cuando pasaron los años Silvia tenía
su vida ya formada trabajaba en una de las empresas de su padre que
tenía sucursal en Salamanca parecía feliz pero le faltaba algo
echaba de menos tener a un hombre con el que poder compartir sus
vidas. Juan había acabado la carrera y decidió volver a Asturias
para estar cerca de sus padres que ya eran muy mayores. Un día
Silvia decide volver a Asturias en vacaciones para pasar las fiestas
con sus padres y en unas de las romerías tropezó con un chico de
pelo castaño y bien arreglado sin darse cuenta que era su amigo de
la infancia, cuando los dos se giraron sus corazones empezaron a
latir con fuerza y sus ojos empezaron a brillar de la emoción pues
se habían reconocido pero había cambiado entre ellos, ya sentía el
mismo cariño si no que una chispa surgió, empezaron charlar y
quedaban todos los días para dar largos paseos por la ría, el amor
había florecido entre ellos y Silvia decide dejar Salamanca y
trabajar en Asturias para pasar más tiempo con Juan. Decidieron
vivir juntos y al poco tiempo los dos amigos de infancia se
convirtieron en Marido y mujer.
Una
noche Silvia recoge la chaqueta de Juan y se encuentra en unos de los
bolsos una pulsera, extrañada empieza preocuparse pensando que su
querido Juan pudiera tener algún romance con alguna enfermera o
alguna paciente más guapa que ella. Cuando Juan llego a casa ella
enfurecida le pregunta que porque tenía una pulsera en el bolsillo
si tenía algún romance con otra mujer, Juan nervioso y sin saber
que decir ni cómo actuar le dijo titubeante que se la había
encontrado en la consulta lo cual empeora la situación pues Silvia
no cree la excusa de Juan y como alma que se la lleva el diablo coge
una maleta y algo de ropa y se marcha a casa de sus padres. Juan se
queda desolado en casa. Cuando pasaron tres semanas Silvia decide
volver para perdonar a Juan por su desliz que Silvia pensaba e había
tenido, Juan cuando la ve entrar en casa le pide disculpas y se
arrodilla delante de ella con la pulsera en la mano y una gran
tarjeta de felicitación, detrás les espera una mesa con velas y una
cena romántica, lo que menos pensaba Silvia es que Juan dentro de su
desolación había cogido fuerzas y le había preparado una gran
fiesta sorpresa de aniversario. En la pulsera se veía una placa con
dos iniciales y una fecha (Una S en medio un corazón y una J) con la
fecha del día que se conocieron y en la tarjeta en letras doradas en
mayúsculas se leía : FELIZ ANIVERSARIO AMOR MIO. TE QUIERO –
JUAN.
Por
fin Silvia lo había comprendido pues se había olvidado era el
aniversario de Boda y la tarjeta era su regalo avergonzada le pide
disculpas a su amor y Juan tímido le dice que el también se había
equivocado en decirle esa escusa pues la había dicho una mentira
piadosa para que no descubriera su regalo y se acabara la sorpresa.
Y
así los dos tórtolos enlazados en un abrazo y fundiéndose en un
gran beso de amor celebran juntos 5 años de matrimonio juntos.
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