Una simple solución - Borja Martínez

                                               Resultado de imagen de estacion de autobuses

Empezaba la semana en la compañía de autobuses y como era de manera habitual los mecánicos iniciaban a poner a punto los autobuses para poder ser utilizados. Una vez concluido todo el trabajo mecánico, empezaban a llegar los choferes, los motores de los grandes autocares empezaban a rugir, como si se tratase de majestuosos leones, salían del hangar para ir a recoger en los diferentes lugares de la ciudad a los niños y depositarlos en sus correspondientes colegios. Las oficinas iluminaban con los fluorescentes y los teléfonos llenaban en la vacío con su peculiar sonido, las voces de los diferentes trabajadores de la compañía se entremezclaban con diferentes diálogos de contratación de los pequeños buses que se utilizaban para las excursiones o simplemente para el transporte urbano.
El microbús destinado a un pueblecito de las afueras de la ciudad llegaba a su destino y la asociación de vecinos del pueblo se subían para disfrutar de una excursión y pasar el día. Cuando todos estaban montados , el transporte empezó su recorrido , todo trascurría con normalidad cuando una señora de aquel pueblo deslumbro un objeto plateado entre dos asientos más adelante , no tardo en despertar la curiosidad de aquella gente y el viaje tranquilo se convirtió en un instante en un murmullo de curiosos y sabios inventores de historias absurdas, uno de ellos decía que igual era una moneda de oro, otro vecino decía que eso era imposible seguramente sería un cuchillo, las mujeres del lugar chismorreaban entre ellas con objeciones de que aquel curiosos objeto seguramente sería o una pulsera, un colgante o una peine de planta de alguna mujer que se había casado con un millonario de buen ver , tan rápido como fue ese pensamiento sus coloretes empezaron a relucir y sus mentes maquiavélicas a funcionar.
El autobús llego a un merendero y todos aquellos aventureros imaginarios se bajaron y cogieron sus bolsas de comidas que había guardado con antelación en el maletero. El presidente de la asociación que curiosamente era el alcalde del pueblo cansado de todo aquel chismorreo se bajó el ultimo y con disimulo se acercó hacia donde está el extraño objeto, con gran destreza consiguió sacarlo entre los asientos , cuando lo tuvo entre sus manos se hecho a reír a ver que era una vieja espátula seguramente olvidado de algún pinto o un mecánico de la compañía, se la dio al conductor y su primer pensamiento fue comunicárselo a toda aquella gente, justamente cuando se iba a disponer a resolver el misterio a todos sus convecinos pensó para que quitarles la ilusión si esta pobre gente viven aburridos y con esto van a tener para una buena temporada, y callándose la boca dejo trascender por todo el pueblo la fascinante y a la vez absurda anécdota de aquella excursión que solamente el sabia la solución al enigma de la espátula.




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