Empezaba
la semana en la compañía de autobuses y como era de manera habitual
los mecánicos iniciaban a poner a punto los autobuses para poder ser
utilizados. Una vez concluido todo el trabajo mecánico, empezaban a
llegar los choferes, los motores de los grandes autocares empezaban
a rugir, como si se tratase de majestuosos leones, salían del hangar
para ir a recoger en los diferentes lugares de la ciudad a los niños
y depositarlos en sus correspondientes colegios. Las oficinas
iluminaban con los fluorescentes y los teléfonos llenaban en la
vacío con su peculiar sonido, las voces de los diferentes
trabajadores de la compañía se entremezclaban con diferentes
diálogos de contratación de los pequeños buses que se utilizaban
para las excursiones o simplemente para el transporte urbano.
El
microbús destinado a un pueblecito de las afueras de la ciudad
llegaba a su destino y la asociación de vecinos del pueblo se subían
para disfrutar de una excursión y pasar el día. Cuando todos
estaban montados , el transporte empezó su recorrido , todo
trascurría con normalidad cuando una señora de aquel pueblo
deslumbro un objeto plateado entre dos asientos más adelante , no
tardo en despertar la curiosidad de aquella gente y el viaje
tranquilo se convirtió en un instante en un murmullo de curiosos y
sabios inventores de historias absurdas, uno de ellos decía que
igual era una moneda de oro, otro vecino decía que eso era imposible
seguramente sería un cuchillo, las mujeres del lugar chismorreaban
entre ellas con objeciones de que aquel curiosos objeto seguramente
sería o una pulsera, un colgante o una peine de planta de alguna
mujer que se había casado con un millonario de buen ver , tan rápido
como fue ese pensamiento sus coloretes empezaron a relucir y sus
mentes maquiavélicas a funcionar.
El
autobús llego a un merendero y todos aquellos aventureros
imaginarios se bajaron y cogieron sus bolsas de comidas que había
guardado con antelación en el maletero. El presidente de la
asociación que curiosamente era el alcalde del pueblo cansado de
todo aquel chismorreo se bajó el ultimo y con disimulo se acercó
hacia donde está el extraño objeto, con gran destreza consiguió
sacarlo entre los asientos , cuando lo tuvo entre sus manos se hecho
a reír a ver que era una vieja espátula seguramente olvidado de
algún pinto o un mecánico de la compañía, se la dio al conductor
y su primer pensamiento fue comunicárselo a toda aquella gente,
justamente cuando se iba a disponer a resolver el misterio a todos
sus convecinos pensó para que quitarles la ilusión si esta pobre
gente viven aburridos y con esto van a tener para una buena
temporada, y callándose la boca dejo trascender por todo el pueblo
la fascinante y a la vez absurda anécdota de aquella excursión que
solamente el sabia la solución al enigma de la espátula.
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