Mutación - Dori Terán


                                                Resultado de imagen de sapo


 A nadie le había contado los movimientos que era capaz de hacer. Ella misma

los había descubierto por casualidad. La noche en que dejó olvidada la llave de

 la puerta de su casa, hubo de trepar por la pared de la fachada para entrar por

la ventana semiabierta de la cocina. Se puso a la faena e instintivamente

comenzó a saltar como lo hacen los sapos o más bien como las ranas que tienen

las patas más largas. Sin miedo, con decisión. Pronto introdujo su cuerpo por el

hueco y con los brazos apoyados en el suelo y la cabeza colgando boca abajo,

pudo ver la llave sobre la mesa. Tenía los ojos saltones pero hasta hoy ignoraba

el alcance de su visión en todas las direcciones sin moverse. Sin pensarlo un

solo segundo y obedeciendo a un impulso natural, estiró la lengua

habilidosamente y con ella agarró el llavero en trenza que colgaba de la llave.
 
 Sufre miedo, pánico y las pesadillas nocturnas están acabando con su salud. Y

es que en la excursión que hizo al lago por el verano, encontró un sapo que muy

dócil se dejó coger, ella posándolo en la palma de su mano le dio un cariñoso y

estruendoso beso por si de un príncipe encantado se tratara. ¡ Croa-croa!





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