A cal y canto - Cristina Muñiz Martín

                                           

Que tras una persecución de una hora, con cinco coches patrulla persiguiéndolo y otros cuatro haciendo de barricada en las principales salidas, lo detuviera una cafetera anónima lanzada por una ventana, hizo que la noticia se hiciera viral junto a las chanzas a la policía. En vista del éxito, un buen número de ciudadanos aseguraron haber sido ellos los héroes, siendo entrevistados por distintas cadenas televisivas, llenando los telediarios, las tertulias y unos cuantos programas de entretenimiento. Más, cuando se supo que al supuesto héroe le podía caer una denuncia por agresión, la cafetera se volvió huérfana de inmediato. Dicen que la policía está investigando, pero las bocas y las puertas del vecindario permanecen cerradas a cal y canto.

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