De la serie "Relatos sobre una cuarentena"
¡Menudo
cabreo! No me dice la sartén, la muy ladina, que ella no está
dentro de la lista de servicios esenciales, que haga uso de un cazo o
una cazuela. Dice que está enfadada porque tiene el culo negro, pero
qué queréis que os diga, está conmigo la Apatía y no me apetece
darle al estropajo. Total, me quedan un montón de días para
hacerlo. Que se aguante. Así que siguiendo el consejo de una amiga
decidí mandarla a paseo y la tiré por la ventana. ¡Menuda monté!
Mirad que no pasa nadie por la calle y fue a caer sobre la cabeza de
un municipal. Están llamando al timbre. ¿Qué hago? Si abro igual
me detienen y si no abro igual me ponen en busca y captura por no
estar en casa. ¡Y todo por culpa de una deslenguada sartén de culo
negro!
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