De la serie "Relatos sobre una cuarentena"
Venga,
no es tan difícil. Primero un pie, luego otro. Y ahora todo el
cuerpo al compás. Parece que se me haya olvidado.
Recupero
mis ganas, mis alas y mis pies y respiro intensamente. Tanto que creo
que estoy hiperventilando.
¡A
la calle! ¡A la calle! ¡A la calle!
Sí.
Estoy en la calle, sin hacer colas, sin mascarilla, sin llevar el
carro de la compra como excusa, sin echarme gel desinfectante a todas
horas…
Pero
¿Y ahora? ¿Qué hago? ¿Dónde están todos? ¿Solo quedo yo?
No…espera…
Ahí
viene alguien. Me apetece decirle algo. Saludarle. Darle un abrazo.
Pero no se podía… tal vez ahora sí. Nos miramos, casi
investigándonos. Hace tiempo que no veo a otro ser humano sin
guantes ni mascarilla. A cara descubierta parecemos seres de otra
galaxia. De la que había antes. Se va. Y no le he dicho nada. Él
tampoco parecía tener ganas.
Ahora
se oyen gritos, risas… ¿Qué es eso? Ah, ya recuerdo. Son niños.
Antes de todo esto yo no tenía en casa, así que no sé muy bien
cómo funcionan. Ellos sí parecen felices.
Pero…
¿Qué es la felicidad? ¿Hablar a gritos sin mascarillas? ¿Caminar
sin rumbo, despacio, mirándolo todo?
Oh,
¿Qué es eso? Un cacharro grande con más otros como yo dentro. Ah,
sí, era un autobús. Recuerdo que te llevaba a los sitios que tú
querías.
Y
ahora… ¿Adónde quiero ir yo? Tenía tantos planes antes de Enero.
Cuando brindamos con champán y comimos las uvas… Creo que alguna
estaba en mal estado; si no, no me explico todo esto.
Se
me ha olvidado todo lo que quería, todo lo que deseaba, todo lo que
soñaba que haría en el nuevo año.
Me
paro en mitad de la calle. Algo desagradable suena. Ah, es un coche,
que quiere pasar. Su ocupante me mira, entre enfadado y asombrado. Me
retiro despacio hacia la acera.
Inhalo,
exhalo. Primero un pie, luego otro. Me toco, me miro, observo a mi
alrededor.
¿Aquí
es donde quería estar? En la calle, sin más. No recuerdo todo lo
que quería hacer antes del confinamiento.
¿Será
mi pérdida de memoria un síntoma no descrito del coronavirus
maldito?
Sí.
Estoy en la pu…ñetera calle.
Por
fin.
Y
no se me ocurre qué hacer.
No
me encuentro bien. Tanta luz y tanto espacio me están sentando
fatal.
Solo
quiero volver a casa a sentarme en el sofá.
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