No
sé sobre qué diantres escribir. Estoy en un momento de mi vida que
no sé qué voy a hacer… Me siento escritora, sí, sin embargo,
estoy… ¿Cómo decirlo? Mejor os cuento como son las sensaciones o
sentimientos. Estoy como sentada en una silla atada de pies y manos.
Puedo ver, escuchar, pero mis brazos no tienen ganas de escribir
sobre lo que veo u oigo.
La
vida de mi madre siempre me ha parecido un dramón, pero no un drama
así para obra de teatro, si no para novela de esas que luego alguien
hace una versión en película, o al revés una película que
convierten en novela. Estoy pensando mucho en ello desde hace un
tiempo a esta parte. Si me pudiese el ego escribiría mi biografía
de flipar, pero con esto del Facebook y lo que a la gente le gusta
inventar, ya no tendría éxito. Sin embargo, la vida de mi madre es
muy atractiva para cualquier escritor que se precie. Provista de su
principio y presentación de personajes, de su conflicto… bueno
varios conflictos porque mi madre ha cumplido 90 años.
Estoy
en uno de esos momentos que en lugar de relatos escribo artículos,
por eso no he empezado aún la novela, por eso ahora mismo me levanto
para coger la cafetera y preparar un café. Estoy bloqueada y así no
se puede hacer nada porque terminaría escribiendo una frase única,
mil veces, como el personaje de Jack Nicholson en la película “El
resplandor”, que por cierto, ese film esta basado en una novela.
Para no seguir con las tonterías, me voy a por ese café.
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