Un Cadillac rojo con cromados brillantes en los que reflejarse. Ese era su gran sueño desde que tenía uso de razón.
Ansiaba sacarse el carnet, tener su vehículo y, motorizado, deslumbrar a todas las chicas del barrio.
Y llegó SU Cadillac, pero no las chicas. Curiosamente, ellos sí se fijaban más. En el automóvil. Y en el dueño.
Intentó aprovechar la situación y probó a dar una vuelta a su sexualidad.
Pero estaba claro. Sería un solitario. Con Cadillac o sin él, ellas no se le acercarían. A no ser que les pagara sus viajes hasta el amanecer.
Canción: Cadillac Solitario, de Loquillo & Trogloditas
https://www.youtube.com/watch?v=vvitGvSA1EI
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