Ya están empezando, como siempre, pero ¿es que en esta casa
nunca va a haber tranquilidad?
Hoy han hablado por teléfono y se han estado reprochando
cosas. La verdad es que él es un intransigente. Esa maldita manía de analizar
palabra por palabra todo lo que ella dice es inaguantable. Claro que ella no
tiene ningún cuidado, hace comentarios
sin pensar y con este tipo no se puede ser así.
Y ¿qué profesión tienes?
-
Soy
creativo de cuentas, tengo una agencia de publicidad.
-
Y
¿Qué haces exactamente?
-
Analizar
lo que se dice, como se dice, y determinar si se debe decir.
-
¡vaya
tela¡ dijo ella.
El otro día cuando llegó les oía discutir, son insoportables
los dos. Si es que es muy difícil que se adapten a vivir juntas personas que
llevan tanto tiempo viviendo solas. Cuando él llega, procuro retirarme y que
no me vea, porque a veces si me muevo él
me mira con una cara de asustar y ella, tan tranquila, como si no pasara nada.
Es que ella parece que no quiere enterarse de lo que pasa. Creo que tiene la
idea, porque lleva muchos años haciéndolo, de que lo que ella siente es la
realidad.
El raspa es capaz de estar discutiendo una mañana simplemente
porque ella ha apoyado un argumento con
“lo piensa todo el mundo”. Y ya la tenemos liada.
Pienso que las parejas que llevan tantos años de relación ya
no pueden prácticamente hablar de nada. Porque a estas alturas “todo el mundo”
quiere ser fiel a sí mismo y surgen los enfrentamientos con más facilidad.
Recuerdo que antes arreglaban más cosas en la cama, pero ahora ese tema cada
vez está peor. Lo observo. Desde que han
separado las habitaciones cada vez los encuentros son menores. Y mira que se lo
pasaban bien.
Y luego el tema de las corrientes de aire. A mí me viene muy
bien porque es otra sensación en la casa, pero él se queda mustio como una
planta que no riegan o que riegan demasiado. Claro con lo obsesivo que es, va
mirando una a una las habitaciones para ver si están abiertas las ventanas. El
otro día estuvo mirando hacia donde se dirigía el humo para ver si había
corrientes.
Él le ha dicho a ella que por qué no van a un terapeuta de
parejas, y ella ha dicho que ni hablar, que ella no tiene problemas, ¿y si no tiene problemas por qué no va?
Siento que estén así, llevo muchos años con ella y la tengo cariño. Además
siempre me ha cuidado.
Ha pasado por muy malos momentos. Cuando murió su primer marido, Julio, yo creí que se volvía loca. Como lloraba en la cama. Las horas que se pasaba
viendo las fotos y oliendo su ropa. Cuando despertaba por las mañanas no quería
oírla, me arrugaba cuando la veía sufrir tanto. Se quedaba en la habitación
durante horas sin moverse. Si no hubiese sido por las pastillas no sé que
hubiese sido de ella. Recuerdo además, claro que era muy joven, las largas
noches de amor con Julio y las horas que estaban hablando. Era una delicia
observarles. Que mal lo pasó y que débil se quedó, fue muy triste cuando apareció el gurú
esotérico y la convenció de que Julio la estaba mandando mensajes desde el más
allá. Durante un año estuvo yendo todos los viernes a ver que le contaba. Menos
mal que puso los pies en el suelo y que el tiempo hace milagros, pero esos dos
años de luto que pasó fueron muy fuertes
Y ahora discutiendo con este cabezota por el análisis de cada
palabra.
Qué bien, ha abierto la ventana.
-
Para
ya de bailar, hoy me estás dando mucho la lata. No haces más que ponerte encima
y recuerda que el otro día estuvimos a punto de tirar los cuadros de la
mesilla, con tanto movimiento.
Es que estoy contento.
Hablaba con su hermana de que tenía que hacer un cambio de visillos pero que le
daba mucha pena deshacerse de nosotros. Mañana nos va a meter en la lavadora
y nos quiere poner algo de almidón. Eso
significa que no nos va a cambiar por otros. Dijo: ¡Al fin y al cabo saben
tanto de mi vida¡ Me han acompañado desde que me casé con Julio.
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