Dos mil
años de amargas discusiones,
de
tortura, de hoguera y de secreto,
el BOE
lo soluciona por decreto.
Dios
existe y olé ¡Con dos cojones!
Serás
feliz si rezas oraciones,
no
abortarás ningún sagrado feto.
¡Qué
falta más terrible de respeto!
Merecerían
su infierno por cabrones.
Resulta
que era cierto el creacionismo,
este
decreto lo afirma sin rodeos
y un
pilar de la ciencia se derrumba.
Bienvenidos
al nuevo ecumenismo,
la
evolución es solo para ateos...
¡Y
Darwin revolviéndose en su tumba!
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