Su
puesto en el mercadillo de los jueves es famoso en la comarca entera.
Tanto por lo que vende: cada semana te sorprende con un producto
distinto: puedes comprar desde una bombilla,
pasando por ropa interior para él y para ella, bisutería o ristras
de ajos.
Como
por el método que emplea en su venta: utiliza una balanza
romana
herencia de su familia, desde generaciones, para pesar los productos.
Después
de tantos años de uso, él asegura que es lo más preciso que existe
en sistemas de pesos y medidas. Alguna de sus más veteranas clientas
no se fía, y siempre suelen regatear.
Pero
entre ellos existe un perfecto equilibrio con el que nadie sale
perdiendo.
Y
cada jueves por la mañana allí están todas, dispuestas a realizar
la misma operación calculada.
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